jueves, 27 de febrero de 2014

Oremos por la Paz en Venezuela



En medio de un clima de tensión, donde vemos en las calles de nuestro país un alto índice de intolerancia. La Casa de Formación "La Misión" dispuso un tiempo de encuentro con Jesús Sacramentado, pidiendo que reine el don preciado que Dios nos ha dejado: La paz.




Recordemos que Venezuela ha sido consagrada al Santísimo Sacramento del Altar desde año 1892, por Mons. Juan Bautista Castro. Por tanto, queremos invitarlos a rezar diariamente, en este tiempo de dificultad, la renovación de esta consagración, clamado a Jesús, que sea Él quien viva y reine en nuestro país. 


 Unidos en Oración por Venezuela.

ACTO DE CONSAGRACIÓN DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA AL SANTÍSIMO Y DIVINÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR Soberano Señor del Universo y Redentor del mundo, clementísimo Jesús, que por un prodigio inenarrable de tu caridad te has quedado entre nosotros en este Sacramento hasta el fin de los siglos; aquí venimos a tus pies a proclamarte solemnemente y a la faz del cielo y de la tierra, nuestro único Rey y Dominador Santísimo, a quien consagramos todos nuestros afectos y servicios, y en quien ponemos todas nuestras esperanzas. Tú eres nuestro Dios, y no tendremos otro alguno delante de Ti. En tus manos ponemos nuestra suerte, y con ella los destinos de nuestra Patria. Mucho te hemos ofendido, y como el hijo pródigo, hemos disipado en los desórdenes tu herencia. Perdónanos, que ya volvemos con espíritu contrito a tu casa y a tus brazos. Recíbenos, Salvador nuestro, y concédenos que venga a nosotros Tu Reino Eucarístico. Levanta bien alto Tu Trono en nuestra república, a fin de que en ella te veas glorificado por singular manera, y sea honra nuestra, de distinción inapreciable, el llamarnos VENEZUELA, LA REPÚBLICA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO. 




Te entregamos cuanto somos y cuanto tenemos. Cubre nuestra ofrenda con tu mirada paternal, y hazla aceptable y valiosa en Tu Divina Presencia. Una vez más te pedimos que nos recibas, que no nos deseches, y que este acto de nuestro y de nuestra gratitud sea repetido cada vez con mayor fervor, de generación en generación, mientras Venezuela exista, para que jamás la apartes de Tu Sagrado Corazón. Que así sea para nuestra vida y por toda la eternidad, por los siglos de los siglos. Amén. 


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