Por muchos años se ha tratado por parte de científicos probar de maneras diversas si los contenidos encontrados en la Biblia son verdaderos o pertenecen a la imaginación de algunos escritores; por otra parte, hay quienes por el contrario asumen el texto bíblico como la única opción verdadera, al límite de descontextualizar la información, y negando el servicio que la ciencia ofrece.
El contenido que encontramos en la biblia es tan diverso como las mismas ciencias que permiten al hombre acceder al conocimiento, esto quiere decir que en el texto bíblico encontramos elementos científicos que nos ayudan a comprobar de manera exacta aquello que la ciencia ha querido refutar y de la misma forma afianza lo que la fe ha querido inculcar.
Es en los textos bíblicos donde encontramos la muestra histórica más antigua del origen de muchas ciencias como la antropología, astronomía, política, psicología, matemática, física, química, biología, sociología... nos podríamos quedar mencionando otras tantas que seguramente encontraríamos en el texto bíblico, al igual que la respuesta a preguntas como: el origen de la vida y de las especies, el origen de los pueblos y las civilizaciones, la familia, la homosexualidad, la muerte, la vida e infinidad de teoremas que inquietan a la mente humana.
En hora buena tenemos el texto bíblico para buscar el origen a las respuestas a tantos interrogantes y apoyarnos de las ciencias para acceder a ese conocimiento que nos pueda llevar a la verdad y por consiguiente a la liberación de nuestro espíritu habido de Sabiduría.
Santo Tomas de Aquino en la suma teológica ya exponía como fe y razón se necesitan para acceder a la verdad porque cada una por separado son la negación de la misma, luego en un lenguaje más popular, Juan Pablo ll en su encíclica Fides et ratio (fe y razón), nos llama a tener en la ciencia un apoyo para llegar a aquello que la fe nos invita a seguir.
Entonces encontramos que para llegar a la verdad tenemos que poner a dialogar ciencia y fe, por lo cual, no hay que temer al descubrimiento de nuevas cosas que pueden parecer extrañas y raras para nuestras creencias, pero seguramente nos acercaran mucho más a la verdad que buscamos, acompañados por la fidelidad en quien creemos, en últimas eso es fe: fidelidad.
La biblia pues es un texto de fe en donde la ciencia nos permite acercarnos mucho más a la Palabra de Dios, o un libro científico que por medio de la fe encontramos la Verdad.
Lic. Elkin Yesid Vargas Beltrán
Docente Escuela Minuto de Dios
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