Continuamos nuestra preparación para vivir la Pascua del Señor. En esta segunda semana de Cuaresma, san Juan Eudes nos recomienda honrar la vida pública de Jesús y su trato con las personas:
"En la segunda semana, honra su vida pública y de trato con los hombres, desde la edad de treinta años hasta su muerte."
(San Juan Eudes, Vida y Reino, III parte, Devoción a los misterios del Señor, Cómo honrar los misterios de Jesús en el transcurso del año)
Empezó Jesús a predicar diciendo: “Conviértanse, porque está llegando el reino de los cielos.” Paseando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que estaban echando la red en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: “Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.” Ellos dejando inmediatamente las redes, lo siguieron. Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago, el de Zebedeo, y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo, reparando las redes. Los llamó también, y ellos, dejando inmediatamente la barca y a su padre, lo siguieron.
(Mt 4, 17-22)
Tips de amor: La vida pública de Jesús: desde sus treinta años hasta su muerte. Unidad de Espiritualidad Eudista.
Te adoro, Jesús, en el estado de tu vida pública y de trato con los hombres, desde tus treinta años hasta tu muerte. Te adoro y glorifico en lo que sucedió en ti durante ese tiempo, en tus acciones, palabras, predicaciones, en tus milagros, viajes, trabajos y fatigas, y en tus pensamientos, sentimientos, designios, afectos y disposiciones interiores. Te bendigo sin cesar por la gloria que has dado a tu Padre con todas esas cosas. Te ofrezco también los tratos que he tenido y tendré con mi prójimo en homenaje a las tuyas, te suplico las consagres a dar gloria a tu vida pública.
(San Juan Eudes, Vida y Reino, V parte, Para el jueves, No. 2)
Esta semana será la oportunidad propicia para que ofrezcas a Jesús que se glorifique en tu trato con los demás, así como Jesús glorificaba a su Padre en su vida pública y de trato con los hombres. Para esto te invitamos a recitar esta oración antes del trato con el prójimo:
Jesús, me entrego a ti: pon en mi boca lo que quieres que diga y has que mis palabras, rindan homenaje a tus santas palabras. Que todas mis conversaciones estén consagradas a honrar tus conversaciones terrenas con las personas. Te ruego me hagas partícipe de la humildad, mansedumbre, modestia y caridad con que trataste a toda clase de personas.
(San Juan Eudes, Vida y Reino, VI parte, Cómo estar siempre en presencia de Dios: acciones ordinarias, Antes de tratar con el prójimo).
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