jueves, 26 de febrero de 2015

Marie des Vallées: la poderosa ayuda de san Juan Eudes

Hoy, 25 de febrero, la familia eudista recuerda a la Sierva de Dios María de los Valles o Marie Des Vallees, que tendrá gran influencia en san Juan Eudes.

En el año 1641, Juan Eudes conoció a una señora de 51 años de edad, que sufría de quebrantos de salud. Era María: de ojos abrasados, de palabra entrecortada y extraña. Esto es lo que escribe el santo sobre el conocimiento de María de los Valles:

"En este año de 1641, en el mes de agosto, Dios me hizo uno de los más grandes favores que de su bondad he recibido en toda mi vida; porque fue entonces cuando tuve la felicidad de conocer a la hermana María des Vallées, por medio de la cual su divina Majestad me ha hecho multitud de gracias muy señaladas. Después de Dios, a la Santísima Virgen, mi adorada Madre y Señora, debo este favor".

La hermana María de los Valles nació en 1590 en Saint Sauver Lendelin (diócesis de Coutances), en una pobre choza de labriegos. A la muerte de su padre, a la miseria se unió la brutalidad de su padrastro. Para librarse de él, se fue en una casa, pero desgraciadamente se halló que allí sus amos vivían y obraban peor.

Sale entonces hacia su pueblo y se hospeda en la casa de una mujer que estaba casada. Sin embargo, allí encontrará nuevas complicaciones: llevaba una vida desordenada y llena de inmoralidades, lo que hizo que María tratara de convertirla en una mujer de vida piadosa.

Mientras María padecía de innumerables dificultades y situaciones complejas, Juan Eudes llegó a Coutances para dar una serie de misiones. Durante su estadía, varios sacerdotes le hablaron de esta mujer, hasta que Juan Eudes decide visitarla. Este es el primer contacto que se da entre Eudes y des Vallées. Hasta su muerte, siempre será su ayuda y consejera en las obras que emprenda el santo del siglo XVII.

La sierva de Dios le confirmó a Eudes un pensamiento que tenía desde algún tiempo atrás, la fundación de una Congregación: "el establecimiento proyectado es muy agradable al Señor. Él levantará la comunidad sobre tres fundamentos: la gracia se dará a todos los que entren en ella, la divina voluntad y la cruz".

Estas nuevas fundaciones eran: la Congregación de Jesús y María y la Orden de Nuestra Señora de la Caridad.

En síntesis, María fue una ayuda poderosísima y casi definitiva en las empresas que llevó a cabo Juan Eudes, si bien no se le puede considerar al santo fundador solamente ejecutor de las ideas de María de los Valles.

Al morir des Vallées, san Juan Eudes escribió: "Ha querido Dios quitarnos lo que más amábamos en el mundo, que era nuestra hermana María... La he confesado tres veces en estos ocho días, he rebuscado y examinado toda su vida y puedo asegurar con toda verdad que no he hallado pecado venial en toda su vida".

Fuente:
Vida de san Juan Eudes, del padre Rafael García Herreros. Colección Obras Completas No. 03 - Tercera Edición
Corporación Centro Carismático Minuto de Dios - Bogotá, Colombia, 2005.
P. 75-82




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