viernes, 29 de enero de 2016

TEFE 2016: Según el Espíritu de Juan Eudes

El Bautismo del Señor nos llama y sumerge en la perfección de su amor. Cristo, siendo autor y fundador de tan bello sacramento, se convierte en la fuente de bendición de este sublime contrato de donación mutua. No podríamos pensar en una mejor ocasión que dicha solemnidad para dar apertura al TEFE 2016; una experiencia donde los candidatos Eudistas acrecentamos la gracia de formar y hacer vivir a Jesús en nosotros y en el corazón de los hermanos.

Por esto, el pasado 10 de Enero, en una solemne eucaristía, presidida por el superior provincial, P. Gustavo Londoño, dimos inicio al Tiempo especial de formación eudista 2016, con un grupo de trece candidatos.

¿Por qué lo llamamos “Tiempo Especial de Formación Eudista”? Sin duda porque lo es. No solo por el hecho de compartir como familia, sentirse amado y acogido por otros hermanos, sino porque es el tiempo que nos lleva a vivir una genuina espiritualidad eudista. Qué orgullo saber que tenemos un tesoro, una riqueza, una verdadera escuela de santidad, una espiritualidad tan extraordinaria que nos enseña a continuar la vida de Jesús en el mundo de hoy; fortalecer nuestro carisma de ser evangelizadores y formadores, porque vivir ésta espiritualidad de Juan Eudes es sencillamente, aprender, orar y crecer en la regla suprema de la Congregación de Jesús y María: La caridad.


Pensar que hoy esta espiritualidad hermosa de san Juan Eudes ha unido a hermanos candidatos de la viceprovincia de África, la provincia de Francia y la provincia de Colombia, con idiomas distintos y culturas diversas, que hacen de Brasil, Ecuador, Francia, México, África y Colombia un solo corazón, enmarcado en un encuentro cálido y fraterno dentro del formidable entorno del Seminario Mayor de Valmaría.


Nosotros como candidatos Eudistas del TEFE 2016, nos preparamos para realizar un viaje por el itinerario de Juan Eudes, un hombre encendido de amor al corazón de Jesús y María. Obras como: “Vida y Reino de Jesús”, “El memorial de la vida eclesiástica”, “El predicador apostólico” “El corazón admirable de la madre de Dios”; escritos como: “las Constituciones” “El voto del martirio”, su “Testamento”, sus “Cartas” y muchos más de su extensa y valiosa doctrina espiritual, nos llevarán sin duda a anhelar un corazón santo y adquirir una identidad propia y esperanzadora del verdadero Eudista que reconoce, como dice nuestro fundador, Juan Eudes: “Nuestra preocupación principal debe ser formar y establecer a Jesús dentro de nosotros, hacer que allí viva y reine, para que sea nuestra vida, nuestra santificación, nuestra fuerza y tesoro, nuestra gloria y nuestro todo”.







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