En 1829 María Eufrasia Pelletier superiora de Nuestra Señora de la Caridad, funda en Tours la comunidad de Hermanas de Santa Magdalena, que con su oración, trabajo y penitencia contribuirían a la obra apostólica de las Hermanas del Buen Pastor. María Eufrasia se inspiró en la Regla de las Carmelitas escrita por Santa Teresa de Ávila. Tendrían como patrona a Santa Magdalena y usarían el hábito café como las carmelitas. Más adelante ya en Angers adaptó la primera Regla a la forma de vida de las Magdalenas y más tarde escribió una Regla propia y también las Constituciones. Las Hermanas desde entonces han prosperado repartidas por el mundo donde haya casas del Buen Pastor. Bajo el Mandato de la superiora general del Buen Pastor, Úrsula Yung, 1952, adquirieron el estatus de Hermanas de Santa Magdalena, una rama de la Congregación del Buen Pastor.
Después de los aires renovadores del Concilio Vaticano II, y un largo proceso de actualización y revitalización del Carisma de Misericordia, actualmente formamos una sola Congregación con dos estilos de vida: contemplativa y apostólica y todas somos y llevamos el nombre de Hermanas del Buen Pastor. Tenemos una sola Constitución que orienta nuestras vidas de consagradas, con artículos comunes y algunos diferentes según el estilo de vida. Ambos estilos están totalmente integrados, respetando las diferencias y con plena participación en los capítulos generales y provinciales. Ambos estilos de vida tienen sus consejeras generales que las representan en la Congregación. Hoy todas somos hermanas del Buen Pastor.
Existe un antes, un pasado que era distinto. Las Magdalenas tenían sus comunidades aparte sí, pero dentro del Convento del Buen Pastor y eran dirigidas por una hermana del Buen Pastor. Progresivamente, a partir del Concilio Vaticano II, tuvieron su propia superiora y su comunidad independiente de la del Buen Pastor, también se dejó el hábito café que se cambió por el blanco, común a todas las hermanas.
La primera comunidad de Hermanas de Santa Magdalena, en Chile e Hispano América, se estableció en La Serena, siendo superiora la Madre María de San Ambrosio Hennequin. Una joven viuda, María Varela, sin hijos, de distinguida familia de la Serena estuvo como pensionista en la Casa del Buen Pastor. Entró de postulante el 3 de mayo de 1862 y tomo el hábito el 8 de septiembre de 1864, recibiendo el nombre de Magdalena del Rosario. Después entraron otras cuatro: Rosario del Calvario, Carmen de la Soledad, Tomasa de la Compasión, y Antonia del Carmen. Estas cinco postulantes son las fundadoras de las Magdalenas de La Serena y dejaron el sello de su entrega a Dios en el servicio orante al Buen Pastor.
La segunda comunidad de “Magdalenas” en Chile, en Santiago la realizó la Madre Josefa Fernández Concha, por encargo de la Madre Pelletier. La fundadora le dio nombres para las seis primeras novicias y como Maestra de las futuras Magdalenas, nombró a la Hermana María de la Inmaculada Concepción Fernández Concha. Pasó el tiempo, habría que esperar nueve años antes que este anhelo se hiciera realidad.
En 1876, por un decreto fechado el 16 de febrero, Monseñor Valdivieso concedía la Licencia solicitada y entregaba los Estatutos que el mismo había compuesto en conformidad con la Regla de las Magdalenas y establecía que podían llegar a ser treinta hermanas.
El día elegido para la instalación fue el de Santa Eufrasia, el 13 de Marzo de 1876. La Madre Fernández Concha, entonces Provinciala, admitió como postulantes a doce de las más antiguas y ejemplares de las penitentes, deseosas todas de ser acogidas. Fueron conducidas solemnemente al claustro, para iniciar el postulantado bajo la dirección de Hermana María Mónica de la Cruz Vergara.
Tomaron el hábito café de las Hermanas Magdalenas el 22 de Julio de 1876, día de Santa Magdalena, su Santa Patrona. Desde entonces quedó instalada la primera comunidad de Magdalenas en la Provincia de Santiago. Las fundadoras fueron:
Magdalena de la Cruz.
Magdalena de Santa Eufrasia.
Magdalena de los Dolores.
Magdalena de San Agustín.
Magdalena del Desierto.
Magdalena de Jesús
Las otras seis ingresaron más tarde.
Las doce perseveraron hasta el fin de sus días, alegres en su vida de oración y trabajo, retiro y penitencia.
Hoy en día, existen dos comunidades de Hermanas del Buen Pastor Contemplativas: en la ciudad de Coquimbo y Santiago.
Romanos 12:12 “Regocíjense en la esperanza. Aguanten bajo tribulación. Perseveren en la oración.
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