Hoy quisiera invitarte a hacer algo no tan extraño en tu vida, algo que quizá haces o hiciste en algún momento de tu existencia.
Tenemos muy claro que cada ser humano viene con una misión especial, el problema es que se puede acabar la vida de cada individuo y esa misión especial nunca se supo cuál era. De pronto hay personas que quieren salir a evangelizar por todo el mundo y en los lugares más inhóspitos de la tierra, y la verdad eso no es malo e inclusive diría yo: “Es necesario”.
Pero cuando nos vemos enfrentados a la realidad es cuando cada persona ve que no es tan sencillo como se lo imaginaban. A veces nos sentimos interpelados por la Biblia cuando en el evangelio de Mateo 28, 19 – 20 nos dice: “Así que id, haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os mandé. Y mirad, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
La orden que encontramos en el evangelio es sumamente estricta sobre hacer discípulos, y el modelo que deben mostrar es su propia vida; ya que a veces buscamos hacer que las personas sigan a Cristo, pero basada en palabrerías que suenan hasta hermosas en boca de quien las dice, pero en la práctica son sólo palabras hermosas pero vacías. Es claro el texto cuando dice que se llega a ser discípulo por medio del bautismo, pero no se refiere a un bautismo como rito y nada más; significa más bien “consagrarlos a, relacionarlos con,”. En ocasiones se cree que el bautismo es un simple requisito para poder ingresar a un colegio religioso o para poder casarse, etc etc; es por ello que muchos padres buscan salir del paso e incluso al momento de elegir los padrinos buscan quizá el más “amigo” o quien tiene mejores posibilidades económicas. Al momento de bautizar a tu hij@ debes en primer lugar buscar quien haga que el nuevo bautizado reavive y mantenga su fe firme en Dios, ya que ese es el compromiso de quien es padrino o madrina.
Es claro que el evangelio al finalizar sus capítulos con esta gran orden también hace un gran énfasis en ENSEÑAR. Ya que no sólo deberán dar testimonio de Cristo con su vida y palabras, sino también enseñar todo lo que aprendieron de Él.
Muchas veces me encuentro con personas que lideran grupos de personas en la fe y creen que es sólo orar y ya; no basta sólo eso, ya que debemos nutrirnos cada día con la Palabra de Dios, significa que debes conocer cada día más y así no quedar sólo flotando en un mundo de efervescencia. Seguir a Dios no es cantar y gritar lo más fuerte que podamos, hay que buscar también un espacio para formarse y con seriedad; y si eres un líder tienes una mayor responsabilidad con ello.
La misión no es sencilla, tampoco superficial. Debes ser consciente que cada uno de nosotros estamos llamados a ser cada día diferentes y si en tus manos está la responsabilidad de dirigir a alguien debes aprender cada día más, ya que no imagino un restaurante sirviendo el mismo plato todos los días, o en un cine que pasen por meses la misma película sin opción a otra. La Biblia está llena de enseñanzas, por tanto no hay pretexto para no enseñar o aprender algo diferente cada vez.
Misiona desde tu realidad, pero recuerda siempre el mandato de Jesús; y que tu carta de presentación sea reflejar el rostro de Cristo.
Escrito por
César Peña
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