lunes, 7 de septiembre de 2015

Bodas de Diamante de Hermana Raquel Benítez

“El Señor hizo en mi maravillas, santo es mi Dios”


El pasado 20 de Agosto, en la comunidad Nazaret de la comuna de Puente Alto, se celebraron los 75 años de vida religiosa de Hna. Raquel Benitez, acompañada de la Animadora Provincial, Adela Reyes, Hna. Sandra Suárez Superiora de la Comunidad, hermanas, ex alumnas y amigos.

Hermana Raquel Bénitez Zapata, nació el 1° de octubre de 1936, en Chochol, provincia de Temuco; sus padres fueron: Eloisa Zapata Muñoz y José Benítez Araya quienes formaron una familia con ocho hijos, seis hombres y dos mujeres. Ella recuerda a su padre y madre con mucha ternura, él era muy trabajador y responsable ya que su familia era numerosa y había que atenderla sin que nada faltara. Ella, era muy buena, ordenada y organizada; era tan caritativa que además de sus propios hijos y de acuerdo con su esposo se hicieron cargo de ocho niños abandonados. Podemos imaginarnos a esa familia de 18 personas; sería muy entretenido para los hijos, juegos y peleas no faltarían, pero el amor era lo más grande. Todos iban a la Escuela y le hacían empeño por sacarse las mejores notas. El aprendizaje más importante lo tuvieron en casa, como el de valores, la fe en Cristo y la devoción a la Virgen.

Raquel tenía cuatro años, cuando la familia se trasladó a vivir en Valdivia, allí estudió la básica en la Escuela N° 17, y después la enseñanza Media.

El Señor Jesús la llamó temprano a seguirlo en la vida religiosa; tenía 16 años cuando entró a la Congregación del Buen Pastor en Concepción, en marzo de 1952. A los 19 años pronunció sus primeros votos, que para ella fue su consagración para toda la vida, tanto amaba a Jesús su Buen Pastor. Su primera misión la vivió con las niñas menores y adolescentes del Hogar de Talca a quienes entregó su vida de amor y alegría, ayudándolas a crecer, enseñándolas y educándolas, durante diez años. Con pena dejó este apostolado, que tenía muy dentro del corazón, ya que el Señor la enviaba a Constitución a hacerse cargo de una Sala Cuna para atender a niños y niñas pequeños convalecientes del Hospital de Constitución. Fue una experiencia der gran afección, una hermosa misión con pequeños, los predilectos de Jesús.

A lo largo de su vida estuvo en varias otras comunidades, donde encontró hermanas muy queridas, verdaderas familias de la gran familia del Buen Pastor. Fue allí en sus tiempos libres cuando aprendió repostería y otras manualidades, ¿Quién no recuerda la buena cocina de Raquel? Pero sus mayores dichas, según sus propias palabras, han sido: - ser miembro de una Congregación que se dedica a instruir y formar a mujeres muy pobres y necesitadas, carentes de afecto noble y gratuito; segundo, - haber educado y enseñado, personalmente, a niñas y jóvenes, a ser útiles a la sociedad, y conducirlas a vivir cristianamente.

*Raquel ora diciendo:

¡Gracias Señor porque me has dado larga vida y he podido llevar a celebrar mis bodas de diamante junto a mis hermanas en comunidad! ¡Alabado seas Jesús Buen Pastor!

Raquel,
La comunidad provincial del Buen Pastor Bolivia Chile, agradece tu testimonio de vida religiosa, que ha sido generoso en entrega y caridad, en compartir tus dones de afecto, alegría, y misericordia. Jesús y su Madre te llenen de bendiciones y Juan Eudes y María Eufrasia intercedan siempre por ti.

Centro de Comunicación







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