lunes, 7 de septiembre de 2015

Bendecid oh Señor las familias. Amén

Agosto lleno de bendición familiar

Llenos de gozo y alegría en el Señor, los fieles y pastores de la parroquia san Antonio de Padua, dimos cierre al mes dedicado al matrimonio y la familia. El pasado sábado 1 de agosto iniciamos una jornada de oración y evangelización por las familias de nuestra comunidad parroquial. Celebramos el primer día de esta jornada con una bella caminata por las principales calles de nuestra localidad, con la participación de los miembros de las diferentes comunidades parroquiales. Niños, jóvenes, adultos, ancianos cantamos al Dios de la vida por el don de la familia, culminando con la celebración de la Santa Eucaristía en el templo parroquial al son de tambores y maracas, con voces poderosas y caribeñas al mejor estilo y lengua Garífuna.

Posteriormente realizamos cuatro lunes de jornada de oración y evangelización. La temática fue: los migrantes, la unidad familiar, los enfermos y los abuelos y los nietos. También cada viernes se impartió una catequesis donde se presentó a María como modelo de esposa, madre y fiel discípula del Señor. Oramos del mismo modo por las mujeres embarazadas, bendiciendo su vientre en nombre de la siempre Virgen María. El pasado domingo 30 agosto, veinte esposos, aproximadamente, renovaron sus votos matrimoniales.

Sabiendo que todo lo que hacemos es para seguir fortaleciendo la fraternidad parroquial, porque
somos UNO en Cristo y buscando ante todo la conversión de corazón, el encuentro con un Cristo vivo, actuante y alegre en medio de nosotros, en la noche del lunes 31 celebramos la santa Eucaristía de cierre donde consagramos nuestra vida a la protección de la Virgen Madre en la advocación de la Medalla Milagrosa, reina de la paz.
Sin duda, fue una celebración muy emotiva, donde vinieron a nuestra mente muchos recuerdos y añoranzas familiares. Quizás recordamos a aquellos que están lejos, también a los enfermos, quizás a aquellos con los cuales estamos peleados. Vino a la mente la situación positiva o negativa por la que está pasando nuestra familia, la propia historia personal, nuestros pecados e incomprensiones que han lastimado nuestra unidad en el hogar. Hubo llanto, aplausos, risas, cantos, sorpresas, pero sobretodo presencia del Espíritu De Dios, quien renueva, sana y reconforta todo.

Damos gracias de parte del padre Luis, párroco, del padre Edinson, vicario parroquial y de Jesús David, Seminarista, a toda la comunidad parroquial por su participación, acogida y alegría. Gracias a los hermanos del Movimiento Familiar Cristiano, a los jóvenes de la Renovación Católica Carismática y a todos los hermanos y hermanas que nos apoyaron e hicieron pasible este hermoso mes.







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