viernes, 22 de septiembre de 2017

Entrevista al Cardenal venezolano Baltazar Enrique Porras Cardozo después de su encuentro con el Papa Francisco en Colombia

Se trata de Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida y sucesor del Siervo de Dios Miguel Antonio Salas, primer eudista venezolano.


Aude: Hace poco tiempo los obispos de Venezuela se encontraron con el Papa: ¿Puede hablarnos un poco de este encuentro con él?

Cardenal Porras: Fuimos invitados hace poco por la Conferencia Episcopal Colombiana para participar en este viaje del Santo Padre a Colombia y con ese motivo estuvimos en la misa en Bogotá, también en el encuentro con el CELAM y después de la misa que hubo en el Parque Simón Bolívar, el Santo Padre quiso recibirnos a los cinco obispos venezolanos que estuvimos: los dos cardenales, los dos vicepresidentes de la Conferencia Episcopal y otro que es miembro del CELAM. Sobre todo fue para animarnos, para compartir toda la situación mediática que ha manejado el gobierno y otros intereses queriendo hacer aparecer al Papa en una posición y a la Conferencia en otra.

Pero él, siempre con el ánimo que tiene y con la alegría interna, nos expresó tu total seguridad con lo que ha sido la actuación de la Conferencia Episcopal Venezolana que ha sido ciertamente en estos últimos tiempos muy profética, sobre todo por la defensa del pueblo, por la defensa de las necesidades porque tenemos un país que está sufriendo mucho, tanto por la falta de alimentos, como por la falta de medicamentos, como por la falta de seguridad y la tensión de los poderes públicos y de la gente.

Estamos ante un gobierno que ya es calificado de narco-dictadura y que por eso solo se preocupa por el poder y no por el bien de la gente. Esto ha hecho, pues, que el Santo Padre esté muy pendiente, muy cercano de nosotros y quiso ratificarnos eso y que a la vez no perdiéramos la alegría ni el sentido profético que lo hemos visto en sus últimas declaraciones en el avión cuando venía de regreso de su viaje a Colombia, demostrando su distanciamiento de una actitud que no respeta los derechos humanos, que no tiene en cuenta las personas, sino que sencillamente el único Dios que tiene por delante es el dios del poder y que es lo que ha llevado al país a tener una situación, no solo de lo que aparece en los medios, que son las muertes violentas, sino también lo que he llamado las "muertes silentes", que son la cantidad de niños que mueren, de ancianos y de personas que necesitan tratamientos permanentes por diversas razones: del cáncer o de situaciones renales y al dejar de tener el tratamiento, desmejoran su salud y los lleva a la muerte. 

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