Caracas, 25 de Marzo de 2014.
A todos los Eudistas, incorporados,
Asociad@s, estudiantes en formación,
Misioner@s, Amig@s y Colaboradores
Muy Querida y recordada familia Eudista, “en todo nos guíe la Divina Voluntad”. Hoy día de la Anunciación del Señor celebramos el principio de nuestra salvación y 371º aniversario de la fundación de nuestra Congregación, la que San Juan Eudes consagró de manera particular al Corazón de Jesús y María.
Animados por el Espíritu de Jesús y María, recorremos estos “nuevos caminos” tras las huellas de nuestro padre fundador, para hacer crecer el Reino de Dios en el corazón de todos los hombres y mujeres de esta gran nación. Con el ejemplo y carisma que nos legó San Juan Eudes, llevamos en nuestros corazones la Palabra Divina para anunciarla a los demás, especialmente a los más pobres, a los débiles y a los tristes.
El celo y ardor misionero de San Juan Eudes sigue vivo en nuestro corazón, en nuestra provincia, en cada
comunidad local y obra donde estamos, queremos que este celo, siga ardiendo en el amor misericordioso, nos mantenga siempre vivos y radiantes. Nuestra comunidad, tendrá sentido si cada uno de nosotros, nos dejamos abrasar por ese fuego, renunciando cada vez a sí mismos y dejando actuar el Espíritu de Dios.
Quiero que estas palabras de felicitaciones llegue a todos en este aniversario fundacional, también para todos nuestros amigos, colaboradores y bienhechores con los que realizamos “juntos la misión” y para todos aquellos y aquellas que se han nutrido desde nuestras espiritualidad eudista.
Esta doble fiesta, nos invita a todos a alabar, bendecir y a dar gracias al Señor por el carisma “formador – Evangelizador” que nos legó nuestro padre fundador para ser signos visibles del amor misericordioso de Dios, sirviendo a la Iglesia que el mismo Cristo fundó, encaminándonos cada uno de nosotros hacia la santidad a la que fuimos llamados por la gracia del bautismo.
Que al celebrar “juntos” este día nos sintamos felices por haber sido llamados a ser misioneros de la misericordia, discípulos formadores y evangelizadores de la Caridad, “La norma suprema y el alma de la Congregación”. Que hoy y el resto de nuestros días, nos sintamos bendecidos por Jesús y abrazados por María, agradecidos siempre por la vocación que nos regala, la cual nos permite ser los santos y santas en este camino de perfección y de santidad. Que sea el Espíritu Santo quien toque nuestro corazón de tal manera que lo convierta en amor ardiente y misericordioso, como testimonió San Juan Eudes y a su vez entregó a la Gran familia Eudista fundada por él.
Que la alegría de Dios siga corriendo por nuestras vidas, en cada una de nuestras comunidades locales, provincias, en fin a todos los miembros de la Congregación. Expresemos este gozo y compartamos esta vocación que enciende el fuego del amor, de la fe y de la esperanza en el corazón de todos aquellos hermanos y hermanas que sufren las tribulaciones de hoy.
“Te adoro, Oh Jesús, en el momento de tu Encarnación, en el primer instante de tu vida temporal y
Adoro, buen Jesús, los primeros pensamientos y actos de adoración, de oblación, de amor y de alabanza que en ese momento tributaste a tu Padre.
Ciertamente, en ese solo instante, le tributaste más honor y amor que todos los Ángeles y los hombres en los miles de años que antecedieron a tu Encarnación y en toda la eternidad. ¡Cuánta alegría siento, Padre de Jesús, al verte tan amado y glorificado por tu Hijo! Seas por siempre bendito, amado y adorado oh Jesús, por el honor y el amor que tributaste a tu padre en el Feliz momento de tu Encarnación” San Juan Eudes.
Mis bendiciones para todos, en el Corazón fuente de toda felicidad de Jesús y María:
P. José Antonio Sabino Reyes. CJM
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