miércoles, 4 de diciembre de 2013

“América misionera comparte tu fe”

Con la Eucaristía presidida por su Eminencia Cardenal Fernando Filoni, actual Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, y delegado extraordinario del Papa Francisco, fueron inaugurados, el IV Congreso Americano Misionero (CAM 4) y IX Congreso Misionero Latinoamericano (COMLA 9) en la plazoleta de la Basílica erigida a Nuestra Señora de Chiquinquirá en la ciudad de Maracaibo Venezuela.

La participación fue abrumadora, tanto a nivel nacional como internacional. Un centenar de Obispos, 600 sacerdotes y más de 3000 misioneros y misioneras representantes de 24 países, sin contar todo el voluntariado que se movió en torno a este gran acontecimiento eclesial, escuchamos al Cardenal Filoni, quien como fiel discípulo del Papa Francisco, dijo: “necesitamos preguntarnos qué predomina en nuestras Iglesias, si es una pastoral que se relaciona solo con nuestras realidades americanas o está abierta al mundo”. Indudablemente es una invitación para que nuestra pastoral sea más cercana a los pobres de la Palabra y excluidos de nuestra sociedad, una pastoral atenta, que debe poner a Cristo en primer lugar e ir a donde Él nos envíe. Siempre resuena en mi corazón las palabras de un compañero, quién siempre nos ha dicho “Que bueno es sentirse enviado, responder gozosa y obedientemente al Señor”.



Estos congresos fueron organizados por las Obras Misionales Pontificias y las Conferencias Episcopales, siendo un tiempo de gracia y bendición, para la reflexión profunda y la motivación eclesial en la tarea de extender el Reino de Dios, ensanchando nuestras fronteras principalmente en el corazón de los fieles, DISCIPULOS MISIONEROS, como acertadamente definieron nuestros Obispos en Aparecida en el año 2007.


En la carta de designación del “Delegado Extraordinario” para dicho Congreso, el Papa Francisco, refiriéndose al documento conciliar Ad Gentes, dijo que “la naturaleza verdadera y profunda de la Iglesia es la naturaleza misionera”. Este es el motivo por el que la Iglesia entiende dedicarse también hoy, con gran entusiasmo, para que el Evangelio sea anunciado a todas las gentes (Cfr. Mc 13, 10), siguiendo el mismo camino señalado por el Señor «es decir, por el camino de la pobreza, de la obediencia, del servicio, y de la inmolación de sí mismo hasta la muerte, de la que salió victorioso por su resurrección» (Cfr. AG 5).


“Los Congresos Americanos Misioneros se enmarcan en la necesidad de ofrecer a las fuerzas misioneras del Continente, un espacio propicio para compartir y profundizar en la reflexión, espiritualidad y las vivencias misioneras. Todo ello encaminado a la necesaria y permanente renovación del compromiso de las Iglesias del Continente, llamadas a la realización de la Misión del Señor a ellas confiadas, aquí y más allá de sus propias fronteras geográficas, culturales e incluso confesionales” (Cfr. Manual del misionero); esto nos hace recordar, el carácter internacional que tiene nuestra Congregación, y hoy más que nunca ha hecho mucho énfasis nuestro actual Superior General, el P. Camilo Bernal Hadad.


El objetivo del CAM4 - COMLA9, los cuales se enmarcan en la clausura del Año de la fe, es “acrecentar e impulsar en las iglesias particulares de América el compromiso misionero para responder a los desafíos de la misión “Ad Gentes” en un mundo secularizado y pluricultural”. Bajo el lema “América Misionera Comparte tu fe” se desarrollaron estos Congresos. Nuestro Continente, llamado por el Beato Papa Juan Pablo II, “Continente de la esperanza” donde viven la mitad de los católicos del mundo, es tierra bendita que recibió la luz de Cristo hace más de cinco siglos y que gracias al encuentro de nuestros pueblos originarios, de los pueblos africanos y españoles con la fe cristiana, nace la Iglesia en América, india, negra, blanca y mestiza. América de muchos rostros y culturas marcada en su historia por el Evangelio de la Vida y llamada desde los inicios a hacerlo propio y anunciarlo.


En este mundo en que vivimos, estos congresos son espacios oportunos para explorar y rastrear “nuevos caminos y hacer crecer el Reino de Jesús” entre nosotros (Cf. Const. Nº14). Para recorrer estos nuevos caminos fructuosamente, se requiere de una “Conversión pastoral” y Personal” como un nacer de nuevo, para lograr una nueva realidad. La V Conferencia de Aparecida, nos indica la preparación del “Discípulo Misionero” en la Escuela del Maestro como la experiencia más novedosa y el camino obligado para poder seguir su huella, pues esta permanencia en Él es la garantía del fruto esperado.


La gran riqueza intercultural y los idiomas brillaron durante toda la jornada, un nuevo Pentecostés, celebrado en uno de los puntos más emblemáticos de la zulianidad, Maracaibo, “Ciudad del Sol amado” así le decimos acá. Catorce imágenes de la Virgen María en diferentes advocaciones rodearon el escenario del gran Salón Venezuela, en el Palacio de Eventos del Hotel Maruma, propiedad de la Corporación Maruma. Es la primera vez que este tipo de Congresos se realizan en nuestro país, un momento histórico que se une a otro hecho importante para nuestra Iglesia como es el tener un Santo Padre nacido de estas tierras americanas. “¡Ánimo América! Por eso Dios los puso como unos misioneros para que se presenten como sus discípulos” eran las palabras del Cardenal Fernando Filoni, quien a su vez nos invitó a ser activos en la evangelización de nuestro Continente. 


Durante la semana, fuimos enriquecidos con varias conferencias generales, que iluminaron este nuevo mundo en el que nos desenvolvemos, dándonos a su vez respuestas desde la fe para enfrentar los diferentes desafíos. La primera ponencia fue del Lic. Lucas Cerviño, invitándonos a descubrir “El mundo de hoy, pluricultural y secularizado” al que hay que “mirar con esperanza y amor, con profundidad y profetismo”. Luego fue Mons. Silvio Báez, quien desarrolló la temática de “La Biblia como fuente de sentido en un mundo secularizado y pluricultural”. El P. Raúl Biord, tematizó “La Urgencia de la Misión en los ámbitos de la Nueva Evangelización y la Misión Ad Gentes” siendo esta, una de las ponencias que centró toda la dinámica del Congreso. Después la Dra. Olga Consuelo Vélez señaló los elementos bíblicos-teológicos que fundamentan el nuevo modelo de Iglesia: “Hacia una Iglesia Americana en permanente estado de misión” y por último, el Hno. José Nery abordó la cuestión de “La Misión en la Vida Religiosa Consagrada en la Iglesia permanentemente misionera”.


Otra dinámica que vivimos fue la de los foros temáticos, veintidós en total, que constituyeron una ocasión privilegiada dentro de los Congresos con los que reflexionamos a partir de las conferencias generales en los diferente ámbitos de la pastoral misionera de la Iglesia y desde los cuales elaboramos ochenta propuestas pastorales. Por otra parte, los testimonios misioneros se orientaron a compartir la vida y experiencias de los misioneros y misioneras, sus luchas y esperanzas, así como hacer presente los pueblos y culturas a los que sirven, algunos más que otros fueron testimonios impactantes y dolorosos, despertando cada vez más la conciencia misionera en todos nosotros. Los participantes disfrutamos de la Expo Feria Misionera, donde expositores venezolanos y de otras nacionalidades mostraron sus artesanías religiosas y los diversos carismas, riquezas del Espíritu Santo, que siguen impulsando el actuar de Dios en todo el Continente.


En cada comunidad parroquial donde estuvimos hospedados, los feligreses nos brindaron su acogida fraternal, sintiéndonos como en casa, compartiendo la oración y la misión, pero sobre todo como misioneros, rompiendo las fronteras con la evangelización pues todavía son muchos hermanos y hermanas nuestros que aún no conocen a Jesucristo. En la Misa de clausura, Mons. Ubaldo Santana, Arzobispo de Maracaibo, nos decía que “al regresar a nuestros países y comunidades locales, como misioneros debemos llevar la virtud de la Esperanza, ser misioneros de la Esperanza, es la virtud que debemos llevar siempre en nuestro kit misionero y mantener viva la llama de la Esperanza. El Señor sigue llegando, está entre nosotros en medio de la compleja realidad que nos envuelve, debemos anunciar su paso redentor… debemos vivir en permanente servicio al hermano, ser portadores de la compasión y la ternura de Dios. Vivir el anhelo y la pasión de comunicar el amor de Dios, hay que estar imbuidos del amor de Cristo, no hay misión sin el Espíritu de Cristo”. La invitación es clara, debemos ser hijos frente a Dios y hermanos entre nosotros. El Papa Francisco en su primera y reciente exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” de igual manera nos invita a que la Palabra de Dios debe ser fuente de sentido y a mostrar rostros pascuales, contrarios a los rostros de cuaresma, que casi siempre mostramos a la gente durante el año.

Hemos vivido un tiempo de Gracia, de oración, verdadero encuentro fraterno y gozoso en el Señor, es “la fe en América está más viva que nunca”. Seguimos implorando al Espíritu Santo que nos guíe e ilumine a todos, junto a la poderosa intercesión de la Virgen María Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá que cariñosa y familiarmente todo el pueblo zuliano le dice “La Chinita” donde aparece con rasgos indígenas al igual que nuestra amada patrona, la Virgen de Coromoto, ofreciéndonos a su Hijo, para que sigamos abriendo “nuevos caminos” en el Continente de la Esperanza. Termino con esta frase de mi padre fundador quien siempre me ha animado a no perder la confianza en el Señor: “Sólo debemos temer una cosa, temer demasiado y no tener suficiente confianza en Dios” (SJE). Que Dios nos bendiga y permanezcamos unidos en la oración y al servicio de la misión.
confirmar como lo expresaban varios misioneros que

P. José Antonio Sabino Reyes, CJM
Superior Provincial de Venezuela 



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