lunes, 5 de diciembre de 2016

Audiencia Privada Papa Francisco Familia Eudista

Roma, 3 de diciembre de 2016

Queridos hermanos,

Con profunda alegría les comunico que, hoy en la mañana, hemos tenido una muy bella audiencia privada con el Papa Francisco. Estuvimos presentes Monseñor Luc Crepy, Hna. Marie Françoise Le Brizaut, P. Gerson Mora y este servidor. Fuimos recibidos en la biblioteca del Papa, él sentado en su escritorio y nosotros al frente; estábamos solos en su presencia.

Después de agradecer al Santo Padre la audiencia, nos presentamos en nombre de la Familia Eudista, citando varias de las Congregaciones que hacemos parte de la misma, incluyendo las nuevas Congregaciones que han nacido inspiradas en San Juan Eudes y su espiritualidad.

Acto seguido, le manifestamos la razón de la visita: la causa del doctorado de San Juan Eudes para lo cual, le entregamos la carta que adjunto a esta comunicación. Le expresamos que la Familia Eudista tiene un patrimonio espiritual y pastoral que puede servir a la Iglesia en su misión evangelizadora y que es nuestra intención poner este patrimonio en manos del Santo Padre para el bien de la misma. En el diálogo nos centramos en la persona de San Juan Eudes pues el Santo Padre no lo conocía muy bien.
Como es natural, también le entregamos los elementos para la argumentación de la causa de nuestro fundador, previamente elaborados por la comisión de la causa, a partir del trabajo realizado en Francia y en América latina el año pasado. Esta breve argumentación fue publicada, gracias a Mons. Crepy, en un fascículo en español de 5 páginas, con el título “San Juan Eudes - Maestro de vida cristiana”. También anexo el texto correspondiente.

De forma muy natural y espontánea, Marie Françoise habló del camino de la misericordia en San Juan Eudes, de los diversos servicios concretos que prestó a los más débiles, de su servicio a los apestados, de los “hospitales para el alma” que ideó para las mujeres… y, por supuesto, del desarrollo espiritual que hizo San Juan Eudes sobre el Corazón de María y el Corazón de Jesús.

Después, me correspondió presentar a San Juan Eudes como misionero, su trabajo en la renovación de la vida bautismal en los cristianos, las publicaciones que hizo con este fin, sus predicaciones, su pedagogía, la centralidad del bautismo...en particular hablé de la misión en Autun (Francia) y también de los efectos de sus misiones en la renovación de la vida cristiana en varias diócesis.

Mons. Luc presentó a San Juan Eudes como formador de los fieles y de los sacerdotes. Hizo particular énfasis en la formación de Jesús en el corazón del creyente y en la misión formadora de los sacerdotes. Por supuesto, insistió bien en el trabajo de Juan Eudes en la formación sacerdotal y su espiritualidad al servicio de los sacerdotes.

El Santo Padre interrumpía de manera espontánea, con la sencillez que lo caracteriza, con pequeñas afirmaciones; siempre se mostró interesado en el tema. De vez en cuando hacía alguna broma, reíamos y continuábamos con la breve exposición.

Entregamos al Santo Padre algunos presentes:

  • El libro sobre San Juan Eudes escrito por Mons. Luc y la hermana Marie Françoise.
  • La revista Eudistas 23, ¿San Juan Eudes doctor de la Iglesia? La cual ya conocía gracias a los buenos oficios del Cardenal Baltazar Porras.

  • Oremos con San Juan Eudes
  • Leccionario eudista

Sobre los dos últimos presentes, le expresamos que eran para él personalmente y que por favor los conservara. Asintió con benevolencia.

También le obsequiamos un bello cuadro de la "Virgen Madre” el cual contempló con profunda dulzura, comentando sobre la ternura de esta imagen. La hermana Marie Françoise le contó que San Juan Eudes siempre tenía esta imagen en su escritorio y que, a la “Virgen Madre”, le rendía cuentas de todas sus misiones, tal como lo hace el Papa Francisco al visitar, siempre que viaja en misión, a la Virgen María en la Basílica de Santa María la Mayor.


Para terminar, queridos hermanos, llevaba en el bolsillo interno de mi saco, junto al corazón, la “cruz de San Juan Eudes”, la que utilizaba en sus misiones y que siempre permanece en el escritorio del Superior general. El Santo Padre, quien estaba de pie, tomo la cruz en sus manos; en su rostro reflejó una profunda alegría, beso la cruz, la contempló, la volvió a besar y me la regresó. Fue un instante profundo e íntimo.

Luego dijo: “como me han hablado varias veces de la misericordia, esperen un momento ahí.” Caminó hacia una puerta, la abrió y tomo varios libros. Regresó y, a cada uno en su lengua, nos entregó su libro “El nombre de Dios es misericordia”. Además, inmediatamente nos entregó un sobre blanco a cada uno, el cual contenía varios rosarios y estampas como recuerdo de nuestra visita. 


Para concluir nos dijo: “pasaré este tema a la Congregación de la Causa de Santos”. Le dijimos: “Santo Padre, no queríamos iniciar esta causa sin haber dialogado con Usted. Le agradecemos su bondad y benevolencia con nosotros.” Dijo: “Esta bien, comprendo lo que han querido hacer”.

Nos despidió a cada uno en la puerta de su biblioteca y, como de costumbre dijo: ‘recen por mí”.

Sigamos orando por la causa del doctorado de San Juan Eudes.

Camilo, cjm



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