jueves, 19 de noviembre de 2015

Configurado a Jesús Buen Pastor con Corazón grande y Ánimo decidido

El pasado 14 de noviembre de 2015 en horas de la tarde en la Parroquia San Juan Bautista perteneciente a la Arquidiócesis de Mérida, la Provincia Eudista de Venezuela celebró los 414 años del nacimiento de nuestro Padre y Fundador San Juan Eudes en una Eucaristía solemne presidida por Monseñor Alfredo Torres, obispo auxiliar de esta arquidiócesis, en dicha celebración recibió la ordenación diaconal Jorge Yoel Mora, le acompañaron el superior provincial P. José Antonio Savino, sacerdotes de la provincia, formandos, asociados, Clero Arquidiocesano, hermanas contemplativas de Nuestra Señora de la Caridad y un nutrido grupo de personas, todos celebrando esta fiesta de fe al mejor estilo de la familia Eudista.

En su homilía Mnsr. Torres resaltó que Cristo, es el Siervo de Dios por excelencia y el Pastor Bueno que guía a los suyos hacia el único redil de seguridad y libertad. Desde su nacimiento hasta su entrega sacerdotal en el madero de la Cruz, Jesús se muestra como ese siervo sufriente, pequeño, humillado y pobre, que entrega su existencia para conseguir la salvación de todos.

 

Por otra parte, hablándole a sus mismos discípulos para advertirles que no se debía pensar al estilo de los reyes de la tierra, les invitó a imitarlo: no a ser servido sino a servir, lo cual significa dar la vida por la salvación de la humanidad. A lo largo de su ministerio terreno, Jesús fue manifestándose como tal servidor: con sus milagros y hechos prodigiosos, con sus enseñanzas, con su cercanía a todos, en especial los más pobres y los pecadores. Y, antes de manifestarse como el “gran servidor” por medio de su entrega en la Cruz, realizó un gesto, del cual pidió a sus discípulos fueran capaces de repetirlo con todos: les lavó los pies, para así manifestarse como el auténtico servidor.

Así mismo reflexionó junto al pueblo de Dios sobre lo valioso del Diaconado ..¿qué significa configurarse a Cristo Pastor Bueno y servidor de todos? Primero que nada identificarse con Él y actuar en su nombre en lo que es específico de los diáconos: la Palabra, la Liturgia y la Caridad… Pero siempre imitando a Cristo. La ordenación diaconal configura a quien la recibe a ese Cristo Siervo de Dios y Buen Pastor, con todo lo que ello supone e implica.


 

El verdadero amor consiste en servir de manera decidida y total: no hay mayor amor que dar la vida por los amigos, nos enseña el mismo Jesús. Así, servidor y buen pastor se hacen realidad en una misma figura y, sobre todo, en la persona de Jesús. Cuando Él le pide a los suyos de imitarlo en el servicio, les está dando un mandamiento que confirma esa invitación: “ámense los unos a los otros como Yo los he amado” , dentro del rito de la ordenación diaconal nuestro hermano Jorge Yoel Mora prometió solemnemente a Dios y a su iglesia ser obediente y fiel al magisterio, así mismo se comprometió a vivir una vida célibe, Monseñor Alfredo Torres resaltó que esta virtud y gracia de Dios es un verdadero regalo en el cual el hombre deja su propia capacidad de ser papá, para hacer realidad la paternidad de Dios a todos los seres humanos. No puede haber celibato si no hay amor, y un amor dispuesto a dar la vida por los demás.





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