-“Y a ti una espada te atravesará el corazón” Lc 2,35
-“Verán al que traspasaron” Jn 19,37
« Desde hace más de tres siglos, Juan Eudes nos enseña a interiorizar nuestra mirada tanto sobre Jesús como sobre María. Y, el Corazón de María que él propone es cómo el icono de María, iluminado por el Amor »
La devoción al Corazón de María es la expresión de su experiencia espiritual y apostólica.
La Virgen María tuvo un lugar privilegiado en la experiencia espiritual de Juan Eudes y en su ministerio apostólico, como podemos constatar en sus numerosos escritos sobre María.
Su experiencia espiritual le permitió dar una expresión profundamente teológica a su devoción, la cual puede resumirse así: María es inseparable de Jesús, porque Jesús es inseparable de María. María recibe un culto totalmente excepcional en la Iglesia porque Jesucristo vive y reina plenamente en María.
La veneración a María se remonta a los orígenes del cristianismo, pero sus devociones especiales se han desprendido poco a poco, cada una con un objetivo y prácticas particulares. La devoción al Corazón de María solo recibió su forma definitiva hacia la mitad del siglo 17 con Juan Eudes. Él sostiene que su origen se encuentra en el Evangelio de Lucas, en los dos primeros capítulos, en el texto de Juan 19, 25-27 relativo a la maternidad de María junto a la Cruz y en el Cantar de los Cantares.
Juan Eudes nos enseña que en la Edad Media era familiar esta devoción a santos como San Bernardo, Buenaventura, Matilde, Gertrudis, Brígida, Lorenzo Justiniano, Bernardino de Sena, el Papa Julio II...
Para Juan Eudes « El Corazón de la Virgen no es solamente el corazón material, que fue la fuente sensitiva y humana de la Madre de Dios, y en cierta manera del niño Jesús... sino, principalmente el Corazón espiritual, la parte superior del alma, que comprende la memoria, el entendimiento y la voluntad. Es de este Corazón que hace mención San Lucas (Lc 2, 51 ): María conservaba todas estas maravillas ... en su Corazón.
Para Juan Eudes no fue simple lograr concretizar y difundir la devoción al Corazón de María. Esto le atrajo muchos años de contradicciones. Los ataques que llovieron sobre él y lo denunciaban como un innovador precedían de su entorno inmediato, entre otros, los Oratorianos de la ciudad de Caen.
En 1650, en Caen él publicó en su defensa "El discurso sobre la devoción al Corazón de María", primer ensayo en el cual da a esta forma de piedad su firme base teológica.
Centro de Espiritualidad
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