miércoles, 25 de enero de 2017

"Oración a la misericordia divina" San Juan Eudes

Los Asociados Eudistas de la costa norte de Québec invitamos a compartir esta oración extraída de las obras completas (tomo VII, páginas 7 y 8) de San Juan Eudes. Aprovechamos esta oportunidad para saludar a todas las comunidades e invitarlos a mantener la fe y la relación privilegiada entre los Eudistas:

“La Misericordia Divina es una perfección que mira las miserias de la criatura, para aliviarla e incluso para liberarla, cuando es apropiado según las órdenes de la Divina Providencia, que hace todas las cosas en número, peso y medida. Esta misericordia adorable se extiende, como la bondad, sobre todas las obras de Dios: las obras de la naturaleza, las obras de la gracia y las obras de la gloria.

Sobre las obras de la naturaleza, en que ha extraído de las tinieblas todas las cosas que están contenidas en el orden de la naturaleza, que estaban desde toda la eternidad en la oscuridad.
Sobre las obras de la gracia, en que el hombre había caído en el pecado, la misericordia divina no sólo lo retiró, sino que lo restauró en un estado de gracia tan noble y tan divino que lo convirtió en miembro de Jesucristo y hijo de Dios, Consecuentemente heredero de Dios y coheredero del Hijo unigénito de Dios

Sobre las obras de gloria, porque no contentos con haber ele- vado al hombre en el estado sobrenatural y sublime de la gracia cristiana, por la cual se hace partícipe de la naturaleza divina, elevándolo al trono de Dios, a la participación de su inmortal Gloria e incluso al disfrute de su felicidad eterna y de todos los bienes que posee.

Y así, todas las cosas que están en el orden de la naturaleza, en el orden de la gracia y en el orden de la gloria, son tantos efectos de la misericordia divina. De modo que se puede decir sinceramente que no sólo la tierra está llena de la misericordia
del Señor, sino que el
cielo, la tierra y todo
 el universo están llenos de ella; e incluso
 que se encuentra en
 el infierno, ya que
 según San Tomás y los otros teólogos, los condenados no son castigados tanto como merecían. Este es un efecto de la misericordia divina que se extiende sobre todas las obras de Dios.



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