Vaticano, 30 de diciembre de 2016
Estimado Padre General,
Quiero dirigir mi saludo a los Padres de la Congregación de Jesús y de María, reunidos en su 66 Asamblea General, e invoco sobre ellos la asistencia del Espíritu Santo, para que sus deliberaciones respondan a los retos de la obra apostólica que les ha sido encomendada y, sobre todo, a la santificación de cada uno de los miembros de ese Instituto religioso.
Les exhorto a retomar, en fidelidad al carisma de san Juan Eudes, la formación según el modelo de Jesús, redescubriendo a aquel que, grabado en lo más íntimo de nosotros mismos, nos llama a imitarle y llevarlo al corazón de todos los hombres.
Con estos deseos, les imparto la implorada Bendición Apostólica, que complacido hago extensiva a toda la familia eudista.
Querido Padre, no se olviden de rezar por mí. Que Jesús los bendeiga y la Virgen Santa los cuide.
Fraternalmente,
Francisco
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