lunes, 6 de julio de 2015

Solemnidad del Divino Corazón de Jesús y María

¡Qué felicidad la mía, pues es absolutamente cierto que no tengo sino un corazón con Jesús!


Muy querid@ herman@, de todo mi corazón te saludo rogando que Jesús, el santísimo Corazón de María, sea siempre nuestro corazón para que manifieste a nuestra amada Venezuela la compasión y misericordia que todos necesitamos. Desde El Cují, culminando esta semana de formación del TEFE (Tiempo Especial de Formación Eudista) con el tema del Voto del Martirio de San Juan Eudes; y en comunión con todos los hijos e hijas de nuestro Padre fundador, les invito y animo a celebrar santamente con gran fervor y alegría esta hermosa Solemnidad del Divino Corazón de Jesús y María.

Es un Tiempo propicio para agradecer juntos a “Nuestro muy amado Salvador quien nos ha concedido la gracia inexplicable de darnos en nuestra Congregación el Corazón admirable de su santísima Madre. Pero su bondad que no conoce límites no se ha detenido allí, y ha pasado adelante, al darnos su propio Corazón para ser, con el Corazón de su gloriosa Madre, el fundador, el superior, el principio y el fin, el corazón y la vida de esta Congregación”.

Un Tiempo también para renovar juntos nuestra identidad y devoción eudista. Sólo una renovación fervorosa nos posibilita asumir nuestra identidad en la Iglesia, el carisma de nuestra gran familia y la originalidad de nuestra experiencia espiritual.

Un Tiempo para fortalecer juntos nuestro compromiso y servicio en la misión, el cual hacemos desde nuestro carisma como “Formadores y Evangelizadores”, que hacemos por medio del ministerio sacerdotal y los diversos servicios laicales.

Está comprobado como dice San Juan Eudes de quien hemos heredado este gran Tesoro de su infinito Amor misericordioso, “que el Corazón amable de Jesús nos pertenece por completo y es nuestro Corazón”.

Celebrar santamente dicha Solemnidad, significa particularmente celebrar: La perfección de nuestro amor a Dios y al prójimo; hacer un ejercicio para adorar, dar gracias, pedir perdón y entregarnos al Corazón de Nuestro amado Señor; una oportunidad también para honrar al Corazón de María; reconocer en el Corazón de Jesús la misericordia de Dios con el hombre; y finalmente celebrar el amor de Dios que es Padre Misericordioso.

Que así como nos pide nuestro fundador, podamos “reconocer, la gracia infinita y el favor incomprensible con que nuestro bondadosísimo Salvador honra a nuestra Congregación al darle su adorabilísimo Corazón junto al Corazón amabilísimo de su santa Madre. Son dos tesoros inestimables que encierran inmensidad de bienes celestiales y riquezas eternas, de las que la hace depositaria para difundirlas enseguida, mediante ella, en todos los corazones de los fieles”.

En unión de oraciones y al servicio de la misión, su hermano quien le desea las más santas bendiciones de nuestro muy amado Salvador y de su amabilísima Madre, y que, es, en el amor sagrado de su divino Corazón, Feliz celebración del Corazón lleno de Amor de Jesús y María.

P. José Antonio Sabino Reyes, CJM.
Superior Provincial de Venezuela




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