viernes, 24 de julio de 2015

Inauguración mosaico P. Rafael García-Herreros

Señoras y señores.

Directivos, colaboradores y amigos del Minuto de Dios.

Los 60 años que ha cumplido el programa de televisión, el Minuto de Dios, se merecían 60 metros cuadrados de arte, y mejor aun si esos 60 metros cuadrados representaban la imagen seria adusta y vertical de quien lo creó y dirigió por casi 40 años, el sacerdote Eudista y Siervo de Dios, Rafael García-Herreros Unda.

La alegría personal al entregar este mural en mosaico de gran formato, es superada largamente por la grandeza del personaje que representa. Trabajar para mostrar al padre Rafael García-Herreros, por medio del lenguaje silencioso de las teselas, ha sido una labor donde la admiración, el cariño y el respeto a este sacerdote, está en cada una de las partecitas que lo componen. Permítanme hacer entrega de esta obra con la cara del gran Eudista. Que es en la actualidad el rostro más grande del mundo elaborado en mosaico.

Fueron varios meses de paciencia, dedicación y fatiga para que esos más de 123.000 fragmentos de cerámica en mis manos, en las de mi esposa, en las de mi hijo y en las de mis colaboradores fueran creando ese rostro que yo mismo contemplé con admiración al retirar el papel de soporte que lo contenía.

Muy variado ha sido el modo como se han expresado a través de los tiempos las distintas manifestaciones artísticas para dejar constancia de los hechos y las vidas de los pueblos. Una de ellas es la de los murales realizados en mosaico. Con esta técnica nos han llegado obras notorias representativas de las civilizaciones griegas, asirias y persas.

Los primeros mosaicos hechos en base a teselas parecidas a las actuales, deben haberse instalado en Turquía. Dejaron historia en el tiempo, los mosaicos greco-romanos que superaron los siglos y las guerras, hasta llegar al mural en mosaico desplegado por el arte Bizantino con sus materiales y características particulares. En aquellas tierras se consolidó su importancia con la aparición del cristianismo el cual lo utilizó como una de las formas más ambiciosas para la decoración de las iglesias debido a su variedad de colores, a los brillos que daban y a la elegancia que le agregaban a las construcciones.

De Constantinopla pasó a Venecia, donde cobró fuerza con los aportes de los vidrieros del Adriático. Fue en Italia donde sobresalieron grandes mosaiquistas que desplegaron su arte y que, de pronto, fueron los maestros de los que han venido cultivándolo en las mismas regiones europeas y de los cuales nos hemos nutrido los que continuamos este oficio.

Este mural con el homenaje al Padre Rafael García-Herreros es la expresión de una comunidad que como la del Minuto de Dios tiene sus fundamentos y su desarrollo en la tozudez de este sacerdote que fue pieza fundamental en la historia contemporánea de Colombia; sus intuiciones de avanzada, escandalizadoras a veces por lo trascendentales, fueron el paño de lágrimas donde hubo refugio para los que sufrían la presión inclemente de las necesidades.

No tengo las destrezas para aumentar en tesis escritas lo que en vida fue este sacerdote cuasi santo, sabiendo que hay voces autorizadas que lo conocieron de cerca, llenas de argumentaciones diáfanas, elaboradas y agradables que han dado a conocer las bondades, las capacidades y las obras del presbítero. A ellos les cabe el honor de difundir con sus escritos lo que fue este hombre que pasó por muchos lugares de su país buscándole techo y educación a los desposeídos y tendiendo los puentes para que, por medio del diálogo, hacedor de la paz, pudiéramos los colombianos pasar sin miedo hacia cualquier recoveco de la nación.

A falta de habilidades para hablar de sus obras me quedan cantidades suficientes de admiración a este gran soñador de utopías que también se trasnochaba pensando en una patria mejor, que sacudió de su letargo a los dueños del poder y las riquezas, para interesarlos ante las calamidades de una sociedad urgida del compromiso de todos. Carente de las palabras para armar las frases, recurro a mostrar su figura heroica, en este inmenso mosaico para que sirva de ejemplo a los que vivimos y a los que nos sucedan.

Aquí queda, pues, este homenaje al Padre Rafael García-Herreros. Las medidas de este mural en mosaico
son grandes, pretendiendo con ellas, honrar en grande, las realizaciones maravillosas de este sacerdote.

Para elaborar esta obra ha habido necesidad de estímulos y entusiasmos; Es imposible desconocer el interés entregado por mi paisano, el Padre Diego Jaramillo Cuartas, desde que le propuse la idea, cuando se dieron los primeros pasos, y en la finalización del proyecto. Fué Él quien lo apoyo desde el comienzo ya que lo encontró de interés por su cercanía a la vida del Padre García-Herreros. Juntos vadearon dificultades y desalientos y juntos vieron la bondad de Dios que se hacía presente en las soluciones. Los dos sintieron las fuerzas superiores que fueron colocándole a los afanes de los días, los resultados que se transformaban en obras redentoras. Esa mentalidad suya de hombre curtido por el trabajo, sin restarle a la alegría un palmo, deja ver que en la obra del Minuto de Dios, el aporte de sus fuerzas ha sido muy valioso.

Este yarumaleño, Padre Diego Jaramillo, tiene un temperamento joven, apto para hacer largas jornadas; para llenarse de entusiasmo con las ideas nuevas, renovando siempre su capacidad de asombro.

Su presencia en el Minuto de Dios pareciera una premonición del Padre Rafael. El conocimiento de la obra y los alcances de los proyectos van a tener vida larga con el aporte del Padre Diego, lo mismo que su función pastoral, necesaria para que nos recuerde, con la constancia de los atardeceres, “encomendar siempre a Dios el día que ya pasó y la noche que llega”.

Muchas gracias.





No hay comentarios:

Publicar un comentario