viernes, 20 de mayo de 2016

La Eucaristía, fuerza de vida

Alberto Linero Gómez, Eudista.

Acabo de terminar de celebrar la Eucaristía y mientras repartía la comunión entre las personas que participaban pensaba en cómo los cristianos desperdiciamos la Gracia de Dios, que se nos da en la celebración Eucarística, muchos están como si no estuvieran, otros hablan, otros saludan, otros atienden el celular –seguro que hay mucha gente atenta que celebra con todo el corazón y toda la conciencia- y otros no saben por qué ni para qué están allí. Pensaba en cuantas personas no han comprendido toda la fuerza, la alegría, el poder y el amor que Dios nos da a través de la celebración. Pensaba en que en estos días va a comulgar por primera vez mi sobrino Alberto Carlos, y que tengo que hacerle comprender toda la fuerza, toda la Gracia capacitante que se nos da en la celebración. Estoy convencido que tenemos que hacer una trabajo más fuerte en la evangelización y en la catequesis para que sean muchos los que puedan comprender el misterio que se nos da en la Eucaristía. Necesitamos explicar una y otra vez todo lo que en ella se nos da.

El Papa, Benedicto XVI, se lo explicaba en estos términos a unos jóvenes en Quebec: “La misa es un encuentro de amor con Jesús…en ella descubriréis que sois amados de una manera infinita. En su Hijo, la Palabra hecha carne, Dios nos lo ha dicho todo. En su Hijo, Dios nos ha revelado su rostro de Padre, un rostro de amor, de esperanza. Nos ha mostrado el camino de la felicidad y de la alegría. "durante la consagración, momento particularmente intenso de la Eucaristía, pues en él recordamos el sacrificio de Cristo, estáis llamados a contemplar al Señor Jesús, como santo Tomás: Señor mío y Dios mío. Después de haber recibido la Palabra de Dios, después de haberos alimentado con su cuerpo, dejaos transformar interiormente y recibir de él vuestra misión. Os envía al mundo para llevar su paz y ser testigos de su mensaje de amor. No tengáis miedo de anunciar a Cristo a los jóvenes de vuestra edad. Enseñadles que Cristo no es un impedimento para vuestra vida ni para vuestra libertad; por el contrario, mostradles que os da la verdadera vida, que os hace libres para luchar contra el mal y hacer de vuestra vida algo bello. No tengáis miedo de escuchar esta llamada y de responder con alegría. Como dije en la inauguración de mi pontificado, Dios no les quita nada a aquellos que se entregan totalmente a él. Por el contrario, les da todo. Saca lo mejor de cada uno de nosotros, de
manera que nuestras vidas puedan florecer verdaderamente”.

Necesitamos vivir ese momento con esa intensidad para salir renovados a construir un mejor mundo. Tenemos que dejarnos llenar de la fuerza de Dios para ser felices, no podemos seguir mendigando lo que Dios nos da en abundancia en su altar. Estoy convencido que en ella se sintetiza el ministerio de Jesús, que es el modelo de vida a seguir. Es decir, en ella se nos muestra el cómo tenemos que vivir diariamente. Eso sí, también allí se nos da la fuerza y el poder que se requiere para sacara adelante la vida diaria.

En este momento aprovecho para bendecirte y pedirle al Dueño del apartamento azul, todo lo bueno para ti, querido lector, que me has acompañado en este año compartiendo las ideas que mi Dios me regala. Pido salud, prosperidad, unidad familiar, capacidad de perdón y comprensión. Pido para ti todo lo bueno en este momento. Estoy seguro que Dios te llena de su fuerza y que hoy está haciéndote feliz… animo! Abre tus brazos y recibe todo lo bueno… te aseguro su felicidad.






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