En el "Mensaje urgente a los católicos y personas de buena voluntad en Venezuela", la Conferencia Episcopal de este país se había pronunciado sobre la consulta popular del pasado 16 de julio con estas palabras: "El próximo 16 de julio, promovida por la Asamblea Nacional, tendrá lugar una consulta popular que goza de toda legitimidad. Consideramos una provocación de parte del gobierno y del CNE convocar, para ese mismo día, un simulacro de votaciones en algunos centros electorales del país, pues puede generar lamentables conflictos. El pueblo sigue exigiendo el respeto a su dignidad y a sus propios derechos" (No. 7).
Esta consulta obtuvo como resultado que 7 millones 186 mil venezolanos le dijeran No a la Constituyente, exigiendo a la vez elecciones. Las tres preguntas fundamentales que se planteaban eran las siguientes: ¿Rechaza y desconoce la realización de una constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo de Venezuela? Sí: 98,4%; No: 0, 13%. ¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional y a todo funcionario público obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional? Sí: 98, 5%; No: 7.791 votos. ¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución y a la realización de elecciones libres y transparentes, así como a la conformación de un gobierno de unión nacional para restituir el orden constitucional? Sí: 98,3%; No: 0,3%.
Frente a estos resultados, el padre Rafael Viloria aseveró a CJM Comunicaciones que "se había creado una matriz de información falsa el domingo hacia las cinco de la tarde, en la cual se afirmaba que se llevaban aproximadamente 11 millones de firmas. Esto alegraba y entusiasmaba mucho". Sin embargo, a la hora de la publicación de los resultados, con los 7 millones y más, "no se imaginan la decepción que pudo haber causado esto."
Finalmente destacó que: "Creo que fue un juego psicológico que se estaba dando por medio del oficialismo. Sin embargo hoy se han dado varias lecturas y se siente una nueva fuerza para seguir adelante. Aquí en medio de este escenario el día domingo celebrábamos con nuestra gente de las comunidades las primeras comuniones de los niños y finalizamos nuestro trabajo pastoral de este año académico. Así que damos gracias a Dios porque nos permitió compartir con nuestra gente, pero también realizamos nuestra obligación de ciudadanos de apostar por un mejor país. Seguimos unidos en oración. Desde Venezuela tierra de sabios y santos un abrazo de paz", concluyó el padre Viloria.
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