martes, 19 de agosto de 2014

Día cuatro: “El mundo de hoy necesita con urgencia de la Divina Misericordia”

Este día inició con un Viacrucis en la Catedral de Sal de Zipaquirá, lugar al que las personas entraron por grupos dependiendo del idioma que hablaban. De esta forma, se dio inicio al cuarto día del Gran Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia.

Luego de esto, se dirigieron unas palabras de bienvenida dentro de la Catedral, presididas por el padre Jan Machniak Secretario del Cardenal Stanislao Dliwisz. Así mismo, envió un hermoso mensaje centrado en la misericordia de Dios “la mirada de Jesús de la misericordia nos conduce al misterio de Dios”

Así mismo, señaló “el fuego del amor de Dios que penetre desde Jesús nuestros corazones para que ardan y buscan la experiencia encontrada en el cielo”

De igual forma, el padre Machniak, habló sobre el maravilloso de legado del San Juan Pablo II y las virtudes y experiencias de Santa Faustina “la misericordia de San Juan Pablo II constituye un legado de su Pontificado por su humildad”

También, recordó las palabras del Papa Francisco en el segundo domingo de Pascua, al inicio de su Pontificado en el 2013, cuando invitó a toda la Iglesia a abrirse al don de la Misericordia, pues de esta manera, “sentiremos su ternura tan hermosa y abrigo, y seremos capaces de misericordia, amor y perdón” “No perdamos nunca la confianza en la paciente misericordia de Dios”.

Posteriormente, dio inicio la primera Conferencia del día, esta vez, presidida por el Cardenal Audrys Backis, procedente de Lituania “La Universalidad de la Misión de Misericordia desde la experiencia del Santuario de la Divina Misericordia del Vilnius”. En este sentido pidió “que la misericordia de Dios alcance a la Nación colombiana y que conduzca a todos por el camino de la concordia y la paz” porque la Divina Misericordia de Dios no es el privilegio de una u otra nación, sino del mundo entero.

Seguidamente, hizo una reseña de la labor de Sor Faustina quien fue llamada por Jesús como la secretaria de la misericordia, pues fue Cristo quien le pidió difundir la misericordia de Dios por todo el mundo”.

De igual manera, resaltó que con “las oraciones a la Divina Misericordia adquirimos nueva luz, la luz que Dios nos da, la cual es capaz de romper las redes del mal” Por eso, San Juan Pablo II en el 2002 dijo “ayuden al hombre de hoy a experimentar el amor misericordioso de Dios”. Es preciso hacerlo, pues nos encontramos en un mundo donde falta el respeto y la dignidad humana, por eso se necesita el amor de la Misericordia: “La imagen de Jesús misericordioso invita a entrar, orar y ponerse a los pies del Señor”





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