El padre Camilo Bernal celebró la memoria de la fundadora de las Hermanitas de los pobres.
“Celebramos hoy la memoria de una mujer ADMIRABLE, este último término con mayúscula”. De esta manera inició la celebración eucarística el padre Camilo Bernal en la memoria de la santa que perteneció a la denominada Tercera Orden, fundada por san Juan Eudes.
La Eucaristía se celebró en la Capilla dedicada a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, ubicada en el Seminario de Valmaría, en Bogotá y que es una de las casas de formación de los Eudistas de la Provincia de Colombia. Contó con la presencia de la Comunidad Local, presidida por el su Superior, el padre Carlos Álvarez, otros sacerdotes eudistas, los seminaristas que residen en este lugar y los jóvenes del Tiempo Especial de Espiritualidad de la Provincia Minuto de Dios.
Igualmente el padre Camilo enfatizó en su homilía el gran legado espiritual de santa Juana Jugan, quien hizo vida el Evangelio sirviendo a los más pobres y desamparados, entre los que encontramos a los ancianos. Ella “con su silencio y su humildad cumplió a cabalidad las palabras que nos recuerda san Juan Eudes: la madre de todas las virtudes es la humildad. Muéstrenme una persona humilde y les diré que es santa.” (Cf. Vida y Reino, II parte).
Finalmente el padre Superior General de la Congregación de Jesús y María recordó que a ejemplo de santa Juana, el Eudista no trabaja buscando retribución o “subir el estatus, sino que está encendido de amor y es esta su motivación”. Por lo tanto, el silencio de santa Juana cuando fue olvidada injustamente como fundadora de su comunidad y la humildad con que vivió esta realidad nos invitan a poner en práctica esta virtud evangélica.
H. Flórez P.
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