EL GOZO DEL CORAZÓN DE MARÍA
Gozo es plenitud: invasivo sentimiento de complacencia en
la posesión del bien que nos embarga. Corazón es el interior, lo más profundo
que hay en Jesús y en todo ser humano. María sabe que va a ser Madre de Dios.
¡Asombro! La criatura que engendra a su Creador. “Hágase en mí según tu
Palabra” y canta su alegría de llevar en su seno a Jesús, Palabra del Padre. El
Magníficat es “El Cántico del Corazón y del amor de esta Virgen amabilísima”,
dirá san Juan Eudes. San Agustín, por su parte: “María engendró a Jesús,
primero en su Corazón y después en su vientre”. Pío X, que lo beatificó, y Pío
XI, que lo canonizó, afirmaron: “Juan Eudes
fue el primero que pensó, no sin divina inspiración, en rendir Culto Litúrgico
al Corazón de María y al Corazón de Jesús”. Pero
son dos corazones en uno. Lo dicen: El escudo original de la CJM”: ‘Vive (en singular) Jésus et Marie’ y ‘El
Ave Cor (no corda) amantíssimum Jesu et Mariæ’: “El verdadero Corazón de
María es Jesús” fue la gran intuición del Fundador. Cuando celebró, por primera
vez en la Iglesia, la Solemnidad del Corazón del María el 8 de febrero de 1648,
afirmó que en realidad celebraba a Jesús que vive en María. Cristocentrismo
radical.
Juan Eudes juega con la palabra Corazón en forma de
cascada:
“Jesús es el Corazón del Padre, el Espíritu Santo es el Corazón de
Jesús, y Jesús es el Corazón de María”.
Así pues,
El gozo del
corazón de maría
es llevar a Jesús, primero en su corazón y
después en su seno virginal.
Se ha dicho del Reino de Jesús, la obra
maestra de Juan Eudes:
“Es un universo donde todas las
relaciones están interiorizadas”.
Y todo, gracias a la palabra CORAZÓN.
Relaciones con Jesús:
no por yuxtaposición sino por INCLUSIÓN
Él en mí
y yo en Él (interioridad mutua)
Eduardo
Roldán Pérez, cjm
Enero
30 2013
San
Miguel – Medellín
Formamos un solo Corazón
Desde el evangelista Lucas, podemos conocer el Corazón de María, sellado por el paso de Dios, inundado por la experiencia divina que le permitió superar todo temor y asumir el riesgo al rechazo y a la incomprensión, y del cual brota, como resultado de su interioridad y su oración, su adhesión libre a Cristo.
En este Corazón encontramos el camino de la razón que
orienta nuestra fe, la confianza profunda de que en Dios todo nuestro
futuro está asegurado y el don de la obediencia para cumplir la voluntad de
Dios. El Corazón de María nos enseña a conservar y confrontar las palabras y
las acciones de Jesús, una confrontación que es siempre un progresar en el
conocimiento del Señor. El Corazón de María tiene la capacidad de palpitar por
la fuerza de la mirada de Dios, y hace que nos provoquemos de su presencia.
José fue atraído por ese amor de Dios inmerso en el Corazón de María, amor que
siempre nos enseña a relacionarnos continua y novedosamente con el Dios vivo.
El Espíritu Santo, voz del Corazón de María, nos conduce a la intimidad y a la profundidad de este Corazón Admirable, nos anima a participar en el ambiente de desierto en donde el silencio, estado de contemplación, surge como metodología divina para incursionar en los profundos misterios de Dios.
Hoy, ocho de febrero, fecha diciente para todo eudista, es un día de consagración al Corazón de María, es un espacio merecido desde el cual el silencio, guardado en él, nos anima a escuchar la Palabra escrita en el corazón de cada uno de nosotros, a poner nuestra mirada en los asuntos del Reino, y a creer que, como en María, las promesas de Dios se cumplen en nuestra vida.
Sabemos que lo que Dios realizó en el Corazón de la Madre Admirable lo realiza también en cada uno de nosotros: formamos un solo Corazón, en el cual el Señor instauró la fuente que brota para la vida eterna.
Es el testamento espiritual que Juan Eudes nos legó. Celebremos con gozo este gran acontecimiento, siempre presente y actuante.
Hoy, estamos conmemorando con inmensa alegría, 365 años de
la primera fiesta del Corazón de María en la historia de la Iglesia. Esta
solemne celebración se realizó en la catedral de Autun el 8 de febrero de 1648.
San Juan Eudes compuso la misa con sus oraciones, antífonas y oficio propio
para esta solemnidad. Escogió esta fecha para culminar el ciclo de la infancia
de Jesús, según la palabra de san Lucas: “María
conservaba todos estos hechos meditándolos en su Corazón” (Lc 2, 19.51).
Que como san Juan Eudes, sus hijos seamos enamorados de
María para que al contemplarla a ella descubramos a Jesús que es el corazón de
su corazón.
Para esta conmemoración, los eudistas de la provincia de
Colombia y Minuto de Dios compartimos este mismo mensaje, nos unimos en una
misma celebración y oramos con san Juan Eudes diciendo:
“Dios de bondad,
Tú que has querido que tu Hijo único
viva y reine en el Corazón de su Virgen Madre;
concédenos que, cumpliendo siempre
y en todo su voluntad,
a ejemplo de Jesús y María,
merezcamos tener,
con ellos y entre nosotros,
un solo corazón. Amén”.
(Oremos con san Juan
Eudes, No. 170).
Bogotá, Febrero 7 de 2013.
Gustavo Londoño Muñoz,
cjm Bernardo
Vergara Rodríguez, cjm
Superior
provincial superior
provincial
Provincia eudista de Colombia Provincia
eudista Minuto de Dios
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