Fueron jornadas intensas de trabajo, oración, compartir fraterno y celebración.
Cada día estuvo marcado por la evaluación, el discernimiento, las propuestas y la toma de decisiones.
Todo ha sido con el único deseo de promover al interior de la CJM una dinámica di reflexión profunda sobre nuestra identidad eudista y la razón de ser en la sociedad y en la Iglesia, esto es la misión a la que hemos sido llamados por el Señor, para dar testimonio de nuestra fe y rendir cuentas de lo que ha sido nuestra labor en la formación y la evangelización.
La casa de Roma, los hermanos, Rosella y las demás señoras colaboradoras, las oraciones de todos y todas ustedes han contribuido para que sea el Señor Jesús el que viva y reine entre nosotros.
El día de ayer, tuvimos la oportunidad de salir a recorrer Roma, contemplar su historia de siglos, descubrir de nuevo su mágico encanto y visitar la Academia de la Cultura Francesa, ver ahí una particular muestra y al terminar esta experiencia cultural compartimos una deliciosa cena fraterna.
Mañana será el día de algunas decisiones. Dios nos ilumine a todos con su Espíritu.
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