Cada acontecimiento que celebramos en nuestra vida va unido a la gratitud y “la gratitud es respuesta del corazón” (Santa María Eufrasia). Bajo el lema “Formando y Evangelizando”, los Eudistas de Venezuela celebramos el “Jubileo Provincial”. Este año jubilar conmemora los 90 años de nuestra presencia formadora y evangelizadora en esta pequeña porción del mundo. Nos recuerda la historia, que el 8 de diciembre del año 1924 llegó a San Cristóbal el P. Pedro Buffet, fue el primer eudista que “junto” con otros hermanos que llegaron luego, iniciaron el gran proyecto de la formación en los seminarios, y en honor a su nombre, el P. Pedro, fue la primera piedra de una hermosa empresa que hasta nuestros días sigue siendo reconocida, valorada y anhelada por muchos de nuestros obispos.
La Eucaristía fue presidida por su Eminencia Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas, concelebrada con varios obispos, entre ellos, Mons. Helímenas Rojo Paredes, CJM, Arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Calabozo, Mons. Pedro Nicolás Bermúdez Villamizar CJM, Obispo auxiliar emérito de Caracas, Mons. Jesús González de Zarate Salas, Secretario de la Conferencia Episcopal de Venezuela y obispo auxiliar de Caracas, Mons. José Trinidad Fernández, Obispo auxiliar de Caracas; Rdo. P. Laurent Tournier Superior Provincial de Francia, Rdo. P. José Antonio Sabino Reyes, Superior Provincial de Venezuela, y varios sacerdotes eudistas y sacerdotes diocesanos amigos. Luego de la Santa Misa pasamos al brindis por estos 90 años de nuestra Provincia, y luego compartimos un sabroso almuerzo para todos los invitados que nos acompañaron. Unidos fraternalmente a este aniversario también cantamos cumpleaños por el aniversario de varios de nuestros hermanos, los 70 años de incorporado de Mons. Helímenas Rojo, los 50 años de sacerdocio del P. Ramón Rivas, 25 años de sacerdocio de Fernando Duartes, los 22 años de sacerdocio del P. William Colmenares y el aniversario matrimonial de Carmen Elena y Ramón Hurtado, asociados Eudistas.
Elevamos nuestra acción de gracias al Señor y a su Santísima Madre, por los dones recibidos a lo largo de nuestra vida eudista en estas 9 décadas, pero, en particular, por el don de la Congregación de Jesús y María, “dedicada a la Santísima Trinidad y a la comunidad de Jesús, María y José”, empeñada en seguir las huellas de los Apóstoles, de San Juan Eudes, a favor de la renovación de la fe en el Pueblo de Dios, en trabajar por la salvación y la santificación de los eclesiásticos y en el servicio a los presbíteros y demás ministros.
Nuestro reconocimiento y agradecimiento a todos aquellos hermanos que entregaron y consagraron su vida al servicio de la Iglesia del Señor y de sus semejantes en Venezuela. Nuestra oración y nuestro himno de gratitud a Aquel que es la fuente de toda razón y sabiduría: a Dios, principio, causa y raíz de toda existencia humana. Agradecemos, porque todo lo que hemos recibido, todo lo que se está haciendo y todo lo que se hará, es don del inmenso amor de Dios a los hombres y mujeres de esta Nación. Gracias al P. Teodoro Hamón, que en su camino a Colombia, hizo su primera parada en estas tierras venezolanas, hace 131 años, un 23 de noviembre 1883, despertando el espíritu misionero de San Juan Eudes en Venezuela. También, debemos reconocerlo, del testimonio de fe, caridad y entrega de quienes dieron y dan de lo suyo para que esta Provincia de Venezuela sea una realidad del Reino. De manera particular, a Mons. Miguel Antonio Salas, CJM, primer eudista venezolano, pastor y formador quien marcó con su vida y acción la obra eudista en Venezuela. A los padres ex - viceprovinciales y ex - provinciales: Hernando Moreno, Albini Vigneault, Pedro Dauguet, Alfonso María Ruíz, Fernando Leger, Pedro Royer, que ya se encuentran “amando pura y cabalmente a Aquel que es digno de infinito amor”. Otros hermanos a quien agradecemos por el impulso que le han dado y siguen dando a esta Provincia, son los padres, Roland Boisvert, a Mons. Helímenas Rojo Paredes, P. Pedro Droüin, P. Fernando Duartes y al actual provincial, P. José Antonio Sabino Reyes, a todos un gran “Dios les pague”.
La tarea de todo formador reviste un carácter eminentemente evangelizador. Evangelizar es humanizar y formar; evangelizar es llevar a cabo la obra de renovación de la humanidad con hombres y mujeres nuevos y por caminos nuevos. Formar y evangelizar es, por tanto, ayudar a aprender el arte de vivir, de ser persona humana cuyo modelo es Jesucristo el Señor. La Congregación de Jesús y María, evangeliza formando y forma evangelizando.
Formar, no es tarea fácil. En todas las épocas, también en la nuestra, el servicio de la formación y de la evangelización han sido y son tareas serias y trascendentes: obras de amor que entusiasman y comprometen, necesarias y retadoras que, sin embargo, no son llevadas a cabo solo por nosotros, sino por la fuerza del Espíritu Santo, el gran protagonista en la misión de Jesús, quien puede llegar, tocar, transformar y hacer crecer la verdadera sabiduría en cada persona, en cada corazón. Formar y Evangelizar, siempre será nuestro reto, en un mundo que poco o nada quiere saber de Dios y que hasta muestra hostilidad y rechazo a quien habla de Él, o a quien quiere tomar en serio las exigencias existenciales de la fe. Con paciencia, constancia y confianza continuemos sembrando la semilla del Evangelio y los valores del Reino en el corazón de todos aquellos hermanos y hermanas que el Señor nos ha confiado.
Nos encomendamos de manera muy especial a la Virgen María en la celebración de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de Coromoto, diciéndole que la amamos, que la veneramos, que la tomamos como modelo de nuestras vidas y de nuestro servicio a la Iglesia, como lo vivió e hizo vivir nuestro fundador.
Que nuestro Padre San Juan Eudes, nos llene a todos de su admirable espíritu sacerdotal para que “juntos” continuemos con su carisma de formador de sacerdotes, de servicio al clero y de evangelizar por los nuevos caminos, con “Corde magno et animo Volenti”
Viva y Reine Jesús y María…
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