Cardenales, obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos de todo el mundo se han dado cita en el III Encuentro Apostólico Mundial de la Misericordia que desde el día de hoy han llegado a la ciudad de Bogotá – Colombia, para ser testigos de la Divina Misericordia de Dios. Con una agenda muy nutrida. Gracias a la organización del patronato WACOM y la Conferencia Episcopal de Colombia, se dio la acogida a partir de las 8 de la mañana, en el Coliseo del Colegio Agustiniano del Salitre, a donde llegaron cientos de peregrinos provenientes de distintas partes del mundo: Haití, Canadá, Estados Unidos, Venezuela, Nigeria, Argentina, Brasil, República Dominicana, Ecuador, Francia, Alemania, Inglaterra, Saoma, entre muchos otros rincones del planeta.
Luego, en el Laudes celebrado por el Cardenal Doménico Cancian, los cantos de alabanza, momento de oración y una reflexión sobre la Misericordia del Señor. Acto seguido, el sacerdote eudista y Provincial del Minuto de Dios, el Padre Bernardo Vergara señaló estas palabras: “El apóstol de la Divina Misericordia, San Juan Pablo II, mencionó en distintos momentos de la historia, sobre el impacto de la misericordia en el humanidad y la importancia de ponerla en práctica”.
A continuación, el Cardenal de Colombia y Arzobispo de Bogotá, Monseñor Rubén Salazar Gómez saludó a los presente y recalcó que la intención fundamental de este encuentro es que “cese la guerra y se establezca la paz en todo el mundo, que abiertos todos al poder infinito de la misericordia, podamos construir un mundo más fraterno, un mundo en paz”.
Posteriormente, se dio paso a la primera conferencia de este Congreso denominada “La Misericordia Divina Nuestra Misión” presidida por el Arzobispo de Viena, Miembro de las Congregaciones para la Doctrina, el Cardenal Christoph Schönborn quien reseñó la homilía de San Pablo II y luego destacó tres puntos importantes en la vida de Jesús en los que se manifiesta la Misericordia de Dios: La Parábola del Hijo Pródigo, la Mujer Samaritana y el Momento de la Cruz. Destacó que “solo a través de la misericordia vivida puede darse la paz”.
Este primer momento de la mañana se cerró con el testimonio de la actriz italiana Claudia Koll, quien reveló ante los cientos de asistentes una impresionante historia de vida y fe por la misericordia Divina. Este testimonio se denominó “La Misericordia de Dios cambió mi vida”.
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