El profeta Isaías, es uno de los más citados en el Nuevo Testamento y por el cristianismo en general. Jesús, estando en Nazaret siendo sábado, entró en la sinagoga y leyó un texto tomado del rollo de Isaías. Vale la pena tener presente y ubicarnos en el contexto del relato que se va a comentar, correspondiente a Is. 41,10. Es preciso anotar que el libro del profeta Isaías no es un solo bloque, sino que está dividido en tres partes correspondientes a épocas y situaciones distintas. El texto de Is. 41,10 correspondiente al Déutero-Isaías o segundo Isaías escrito posiblemente entre los años 586-539 a. C. época del exilio del pueblo de Israel a Babilonia.
El Exilio fue una época de desesperanza y nostalgia por haber tenido que dejar su tierra, por haber experimentado la destrucción del templo de Jerusalén, símbolo fundamental para el pueblo judío, sin embargo, los exiliados siguieron practicando sus costumbres religiosas, aunque no estaban en total libertad de honrar a su Dios Yahvé, dado que estaban sometidos al yugo de los babilonios.
En esa situación de opresión y desconsuelo, aparece la voz de Dios a través de los profetas para animar y dar esperanza a su pueblo. Dice el profeta: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te da fuerzas; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Is. 41,10).
Hoy es fácil encontrar hermanos que andan como oveja sin pastor, que han perdido toda esperanza, que han sido desplazados de sus tierras, alejado de sus familias, experimentado la opresión y la injusticia, pero es tiempo de escuchar la voz del Señor que día a día nos dice, no tengas miedo ni desmayes porque yo estoy para darte fuerzas. Dios el Señor no nos abandona, Él es nuestra más fiel esperanza, ¡ánimo no temas! Es ésa palabra alentadora que debe resonar cada mañana cada momento y en cada adversidad. No obstante es difícil sacar fuerzas en medio de los problemas pero mucho más si se ésta solo, si no hay nada que sustenta nuestra existencia, de ahí que ánimo, fuerza que Dios está a tu lado, como dijo Santa Teresa de Jesús “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada le falta. ¡Sólo Dios basta!”
Así como Dios se manifestó por medio de los profetas al pueblo exiliado, mostrándoles su rostro misericordioso, así mismo está en medio de nosotros y de nuestras dificultades para sustentarnos y darnos las fuerzas necesarias para superar los problemas que dia a dia debemos enfrentar. ¡Ánimo no temas que Dios está contigo!
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