Queridos hermanos este sábado 9 de julio La Provincia Eudista de Venezuela celebró la segunda Jornada del Itinerario: Camino de Misericordia, recorrido de fe que iniciamos como Provincia en el CEFOR San Gabriel el pasado 25 de Junio con el tema: Cristo, el buen Samaritano por excelencia dirigido por el Pbro. Ramón Rivas, CJM; en esta oportunidad fue orientado por el Pbro. David Rodríguez, CJM quien actualmente es el Párroco de la Parroquia San Juan Bautista de Lagunillas (Arquidiócesis de Mérida- Venezuela). Se Reflexionó en esta oportunidad sobre la PRAXIS DE LA MISERICORDIA EN SAN JUAN EUDES y se actualizó esta experiencia de vida espiritual que marcó significativamente a nuestro Padre Fundador con la Pastoral de lo Espiritual que realizaron nuestros hermanos del TEFE Venezolano el año Pasado.
Ciertamente el Señor ha querido darnos un Gran Santo como San Juan Eudes él siempre se mostró sensible a la principal misión de la Iglesia, que no es otra que hacer visible a Cristo en medio del mundo mediante la oración, el testimonio de vida y el apostolado. El auténtico apostolado Misericordioso que ejerció nuestro fundador no fue otro sino Quiere inclinar el Evangelio, aún más si cabe, hacia el hombre de su época, los Eudista estamos llamados a vivir de igual modo haciéndolo cercano con los de hoy y sus periferias existenciales.
Juan Eudes es quien nos llama como bautizados y como Eudistas a salir de nosotros mismos, en palabras del Papa Francisco tenemos que ser una Iglesia “en salida” que ha de tener “amplias entradas”, la misericordia nos invita a cada cristiano a no mirar sólo la “superficie” de los demás, como hizo Simón, el fariseo, cuando juzgó a la mujer que se acercó a Jesús (cf. Lc 7, 36-50); a ese nivel es muy fácil equivocarse. La misericordia mira más adentro y solidariza el corazón con las miserias que tenemos cada uno.
Los Eudistas en Venezuela queremos que todas las miserias humanas puedan acercarse a la Iglesia. Ahora bien, las miserias se diversifican tanto como las necesidades del hombre. La Iglesia no pretende remediarlas todas, pero sí ofrecer su mejor esfuerzo. Ella busca aliviar la miseria corporal dando alimento, techo y vestido; la miseria afectiva dando cercanía, calidez y bondad; la miseria humana e intelectual educando y promoviendo la justicia; la miseria psicológica dando atención y acompañamiento; y, sobre todo, la miseria moral y espiritual enseñando la fe y administrando los sacramentos, que son su mayor tesoro.
La Iglesia y los Eudistas somos expertos en misericordia, porque somos expertos en humanidad. En este sentido los Eudistas Venezolanos no queremos otra cosa sino continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar.
El Año de la Misericordia compromete a toda la Iglesia: a los obispos y sacerdotes como ministros de la misericordia, a los consagrados como encarnación misericordiosa para cada ser humano, y a todos los fieles laicos como promotores de la misericordia en medio del mundo, pero a los Eudista les reafirma su identidad dada en herencia por San Juan Eudes de MISIONEROS DE LA MISERICORDIA , en este sentido debemos velar por que nuestra misericordia no sean meras palabras o sentimientos más aun un estilo de vida que en la práctica se transforme en nuestra identidad.
Cuando somos misericordiosos reencontramos nuestra propia esencia, que lleva en sí la impronta de Dios y como el grano, brota y vivimos de nuevo. Porque nunca nos pareceremos más a Dios que cuando somos misericordiosos, pongámosla en práctica y vivámosla con alegría.
Desde Venezuela les encomendamos y nos confiamos en sus oraciones.
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