jueves, 25 de septiembre de 2014

El Amén

En el Apocalipsis (3,14) se designa a Jesucristo con un nombre muy evocador: "El Amén". Como quien dice:
La firmeza y seguridad del Dios fiel a sus promesas.

La palabra Amen fue muy usada por los escritores bíblicos, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento. Con ella expresaban fe, fortaleza, asentimiento, entusiasmo, alegría. De modo que podían escribir que Yahvé era "el Dios Amén".

Al aplicar esa voz a Jesús pensamos que Él "es el Sí absoluto y universal: el Sí de las promesas divinas, el Sí de las aspiraciones humanas, el Sí de los oráculos proféticos, de las esperanzas de Israel, de los suspiros de todas las naciones. Él es el Sí de la verdad, plenitud desbordante de la vida. No hay en Jesucristo un No desesperante; en Él todo es Sí" (José María Bover).

En algunas imágenes de Cristo y de María aparecen cinco letras mayúsculas tomadas del alfabeto griego: XMTZO, que se leen: Cristo Hijo de María, Amén.

Las dos últimas letras equivalen al número 99, manera simbólica de decir Amén, porque en griego la "A" vale 1, la "M" 40, la "E" vale 8 y la "N" vale 50. La suma de esas cantidades da 99.

De modo que los artistas antiguos nos dijeron que Cristo, el Hijo de María es el Amén de Dios para nosotros y que nosotros, lo aceptamos y lo confesamos así por la fe.

Escrito por RCC radio



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