Las Hermanas de la Congregación del Buen Pastor hacen vida una de las Obras de Misericordia Corporales que el Papa Francisco nos ha invitado a intensificar en este Año Jubilar. Y es que a través de la Fundación Madre Josefa, que en La Serena se concreta con el “Centro de Atención Mujer Familia”, se ha materializado el trabajo de cooperación a los hermanos que han dejado su país de origen y han venido a buscar nuevas oportunidades a Chile.
Es una prioridad de las Orientaciones Pastorales Arquidiocesanas 2015-2022, por tal motivo un ejemplo a seguir. A continuación la entrevista con la Hermana Guadalupe Lisambarth, quien nos comentó la labor que con tanto ímpetu realizan en nuestra Arquidiócesis Acogiendo al Forastero.
¿Cuál es el trabajo que realizan con los Migrantes?
El trabajo es de acompañar y apoyar a las personas en el proceso de integración en la región de Coquimbo. El principal motivo por el cual acuden a nuestro “Centro de Atención” es regularizar su permanencia en Chile, conociendo por ejemplo a qué tipo de visa puede postular según su realidad. En este sentido, la ayuda se concreta en informar, orientar y derivar cada caso según sus necesidades. Al mismo tiempo la orientación en temas laborales, como formación cívica y habilidades laborales, contrato de trabajo, realización de curriculum vitae, entre otros.
En casos específicos, con la población haitiana se realiza reforzamiento en el idioma español, los días miércoles a las 19 hrs. en la sede comunitaria frente a nuestro Centro, ubicado en calle Arauco 949, sector Tierras Blancas de Coquimbo. En tanto, a los hermanos ecuatorianos les entregamos formación referente a la organización comercial.
Además, realizamos Talleres de formación cívica e información legislativa, facilitamos contactos con micro-empresarios en los temas laborales, hacemos intervenciones multidisciplinarias en los colegios donde asisten los niños inmigrantes con los que tenemos seguimiento, colaboramos con la actualización de la ficha socioeconómica de los extranjeros que permanecen más de 1 año en nuestro Centro y, asimismo, acompañamiento psicológico y espiritual a las personas que lo necesiten y lo requieran.
Cabe destacar que para las mujeres se ofrece talleres de desarrollo personal. Por ejemplo, en este momento funciona un grupo de apoyo llamado "Mujer no estás sola", en el cual participan tanto chilenas como inmigrantes, con el objetivo de abordar la problemática de la violencia de género. Este grupo funciona los segundos martes de cada mes en nuestra casa y cada 15 días en la sede de adulto
mayor de la parroquia “San Luis Gonzaga” de Coquimbo.
¿De qué forma las personas extranjeras se pueden acercar al Centro de Atención?
Se han ido acercando gracias a la difusión que realizamos, afiches y carteles que se dejan en las calles, ferias, colegios, consultorios, delegaciones municipales. Además de las derivaciones que realizan las diferentes instituciones, entre ellas la Pastoral Social de la Arquidiócesis.
¿Cómo está estructurada la pastoral que ustedes realizan?
El objetivo es acompañar a la luz del Evangelio y de nuestra espiritualidad del Buen Pastor a la mujer y familias inmigrantes, quienes sufren a causa de la separación de sus seres queridos y de sus lugares de origen. Fundamentalmente se realiza un acompañamiento espiritual por una religiosa y el equipo que se está conformando.
Para nosotras es importante acoger a las persona que llegan a nuestro Centro con toda su esencia y, por cierto, con su credo, por lo que procuramos una participación ecuménica, donde Dios une a sus hijos como hermanos y donde la tarea pastoral se enriquece con sus aportes.
Unas de las actividades que se efectúan son los encuentros intercultural y multicultural. Festejamos Navidad con todas las familias; con los católicos especialmente las celebraciones de Semana Santa, fiesta de la congregación y los acompañamos cuando reciben algún sacramento.
¿Cuáles son los recursos humanos y económicos para sustentar la Misión?
A Dios gracias contamos con un equipo de trabajo multidisciplinario extraordinario, que en su mayoría son mujeres voluntarias: cinco psicólogas, una comunicadora social encargada de la difusión, una trabajadora social, una religiosa y su equipo encargados de la pastoral. Además, se cuenta con jóvenes en práctica profesional, gracias a los convenios con las Universidades e Institutos profesionales, como AIEP e INACAP.
En tanto los recursos económicos se obtienen a través de proyectos sociales, con aportes de empresas
privadas y estatales. La última postulación que hemos realizado fue al Fondart Regional, esperamos los resultados. Además, se cuenta con un pequeño fondo permanente que entrega la Fundación Madre Josefa para la Misión.
¿Cómo proyecta el trabajo pastoral con los Migrantes a nivel Arquidiocesano?
La proyección es de muchas esperanzas para trabajar en redes con todos los estamentos sociales presentes en la Arquidiócesis y que continúe creciendo el trabajo en equipo donde se canalice las iniciativas y los nuevos desafíos que van surgiendo con el fenómeno de la inmigración que aumenta cada día más en Chile y, por ende, en nuestra región. Asimismo, que se pueda contar más redes gubernamentales para el trabajo con los hermanos provenientes de otros países, el que anhelamos sea más eficaz y más humano.
Revista Koinonía, pág. 8.
Comunicaciones Arzobispado de la Serena
Agradecemos al Periodista Fabián Martinez, de Comunicaciones del Arzobispado de la Serena por compartir el artículo para nuestro Boletín Encuentro.
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