“Creo Señor, pero aumenta mi fe” (Mc 6,24) esta expresión se escucha con frecuencia en diferentes, grupos, movimientos y comunidades. Cada uno de sus miembros abre sus labios para expresar la no pequeña necesidad de ir creciendo en la búsqueda espiritual, a partir de un ejercicio serio y responsable de entrega a Jesús a través de la fe en los demás. Quiero exponer en esta reflexión en voz alta para todos y todas tres herramientas claras y precisas sobre la manera cómo es posible crecer en la fe, sobre todo en este tiempo especial de la Pascua. Estoy seguro que si revisas conmigo el texto bíblico de Lucas 24, 13-35, encontraremos las tres herramientas de las que hablo. Esta reflexión se organizará en tres partes, tienes frente a ti la primera: La Palabra.
Lucas 24,13 describe el camino que emprenden dos personas hacia un lugar llamado Emaús, ellos dialogan, conversan, es decir, comparten palabra: “e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido Mientras conversaban y discutían” (V14-15) estas palabras se caracterizan fundamentalmente por la tristeza, pesimismo, desanimo. Este dialogo no edifica, no construye. Poco a poco va acabando con la poca esperanza de salir adelante en aquel que escucha y por supuesto del que habla. Prueba de esto es la predicación que uno de ellos, llamado Cleofás le hace a Jesús, a sí mismo y al compañero de camino. Es una predica estéril, poco motivadora (v18-24)¿Cuántas veces tú has trasmitido desesperanza, desánimo? y más aún ¿En cuántos momentos has escuchado palabras preñadas de negativismo?
Medita esto: “Pero nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron condenar a muerte y clavar en la cruz.” (v20) Cleofás se centra únicamente en la condena de Jesús a muerte, en su posterior crucifixión: “Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Pero todo está hecho, (v21) sus esperanzas se ven frustradas pues Jesús no cumple sus expectativas de Mesías: “y ya van dos días que sucedieron estas cosas.” (v21b) Todo esto de Jesús quedo en nada (v18-24). Sin duda esto es parecido a lo que tú en algún momento has recibido, sobre todo en los instantes más críticos de tu vida. Estos mensajes no son generadores de vida, sino todo lo contrario, son propagandistas de muerte.
Cobra valor por lo que viene a continuación, a diferencia de lo que has escuchado, Jesús quiere impactar tu vida con su ardiente cercanía: “Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos” (v15) y te habla el mismo en persona y para ello se vale de estas líneas, Jesús interpreta para ti toda la Escritura: “Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y luego todos los profetas” (v27) y tantísimo poder tiene esta Palabra que sale de la boca de Jesús que Enciende tu corazón, lo quema desde dentro: “Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (v32) Quema la tristeza, el desánimo, la pesadumbre, en fin todas aquellas realidades que no te dejan avanzar día a día y tanto nos quema esta Palabra poderosa que al igual que los discípulos no queremos alejarnos de Jesús ni un instante: “pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.» Entró, pues, para quedarse con ellos.” (v29), le pedimos casi de manera agónica que permanezca siempre con nosotros. ¿Cuánta necesidad se tiene de Jesús?
No te imaginas el gozo que experimento al escribir esta experiencia para ti, tengo certeza que tu corazón se está encendiendo, cuando hablo del corazón me refiero a todo tu ser, no sólo a un órgano específico. La sangre corre por tus arterias de una manera acelerada, tus pupilas se dilatan por la poderosa Palabra de Dios que llega hasta ti. Esto fue lo que sucedió cuando Pedro predicó un día en Jesús, no con el objetivo de desanimar, sino para que sus oyentes cobrarán valor (Hch 2,36-42), el día de esta predicación estas palabras ocasionaron tres efectos: 1. Se les movió el corazón a los oyentes (v37), 2. Se cuestionaron (v37b), 3. Se convirtieron aquellos que escuchaban (v41). De la misma forma esta Palabra en Fuego hoy penetra en tu vida.
Una de las razones por las cuales sucede lo anterior, es porque los seres humanos hoy más que nunca tenemos hambre y sed de escuchar la Palabra de Dios (Am 8,11), tenemos necesidad urgente de saciar nuestros deseos más profundos, así como Pedro reconoce que el único capaz de llenar la vida es Jesús: “pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.» Entró, pues, para quedarse con ellos.” (Jn 6,68). Hoy no me queda duda alguna, que Pedro dijo esto porque cada Palabra de su maestro producían en él: gozo, alegría, y descubría la presencia de Dios: “Cuando me llegaban tus palabras, yo las devoraba. Tus palabras eran para mí gozo y alegría, porque entonces hacías descansar tu Nombre sobre mí, ¡oh Yavé Sabaot!” (Jr 15,16)
Quiero proponerte que cierres tus oídos a todas aquellas palabras que no te ayudan a crecer, sino que te destruyen. Recuerda como Jesús le da entender esto a Jairo: “Jesús se hizo el desentendido y dijo al oficial: «No tengas miedo, solamente ten fe.” (Mc 5,36). Cada una de las Palabras de Jesús-escúchame- tienen la capacidad de Encender tu corazón, puesto que ninguna de ellas se deja de cumplir, todas se hacen realidad: “Como baja la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y haberla hecho germinar, para que dé la simiente para sembrar y el pan para comer, así será la palabra que salga de mi boca. No volverá a mí con las manos vacías sino después de haber hecho lo que yo quería, y haber llevado a cabo lo que le encargué.” (Is 55,10-11) Más aún penetran muy muy dentro de ti: “En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, los huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseos y los pensamientos más íntimos.”(Hb 4,12)
No olvides, Jesús quiere animarte, quiere darte valor, descúbrelo, hoy es un día excelente para empezar a leer la Biblia. Allí está la PALABRA EN FUEGO Un abrazo grande.
Escrito por Jader Ávila
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