viernes, 22 de mayo de 2015

« Hacia las fuentes de la Identidad y de la Misión Eudistas »

"Feliz quien como Ulises, hizo un bello viaje…" dice una poesía francesa. ¡Pero nosotros, hicimos mucho más que un viaje, es una peregrinación! Esto implica un desplazamiento físico, pero también una dinámica interior. Por este mensaje, como un impulso vital, los participantes en la peregrinación, queremos asociar a cada miembro de la Congregación de Jesús y María.

Como peregrinos, estamos colmados de alegría por el camino recorrido. Nuestros corazones, nuestros ojos y nuestras cámaras están llenos de imágenes de los lugares y los monumentos visitados. Que maravillosas piedras han sido depositadas en nosotros para la construcción del camino que viene; no conocemos toda su fecundidad pero, acogiendo la expresión del papa Francisco, confiamos "en las fantasías del Espíritu", en la escuela de nuestro Padre Juan Eudes. Estamos habitados por un "misterio de gracia" que se desarrollará en el curso de los meses próximos en cada una de nuestras provincias. Queremos que esta peregrinación suscite en nosotros y en cada eudista, un nuevo dinamismo en la línea de la fidelidad creadora.


 
 

Estuvimos 57 eudistas, incluidos los miembros del Consejo de Congregación. ¡Así, más de un sexto de la Congregación compartió la misma experiencia espiritual y la vida cotidiana durante 10 días! Fuimos al contacto del rostro del CJM, próximos a las realidades de la Provincia Madre, presentes en los sitios de nuestro patrimonio histórico y espiritual. En París, estuvimos hospedados en nuestra casa; también donde los Vicentinos (Lazaristas), Sulpicianos y Hermanos de las Escuelas Cristianas; fue una buena estadía en la casa de nuestros "Primos" de la Escuela Francesa de Espiritualidad. Después de las vísperas, presididas por Mons. Michel Dubost, y la Eucaristía presidida por Mons. Luc Crepy en Notre-Dame de París, hicimos el camino hasta La Roche-du-Theil, pasando por Lisieux, Ri, Caen, y Rennes; hicimos una escala en Douvres-la-Délivrande, lugar de la peregrinación de Jean Eudes y de sus compañeros en el momento de la fundación de la Congregación.






En Ri, el P. Michel Meneau nos ayudó a reflexionar sobre Las intuiciones de San Juan Eudes en el momento de la fundación del CJM; recordó la situación caótica de la Iglesia de Francia a principio del siglo XVII y los llamados a la conversión necesaria para suscitar los ejercicios de las misiones y las obras de misericordia. Para responder a esta situación, Juan Eudes se encontró frente al deber de fundar un instituto para "formar buenos obreros del Evangelio". Para el padre Eudes, el llamado a asumir la vida cristiana no está reservado a una categoría de personas, todos los bautizados están invitados a ello. La Regla del Señor Jesús lo repite a los Eudistas para que ellos lo transmitan a todos.

 


Varios habitantes de Ri y algunos asociados se unieron a nosotros. En el momento de la Eucaristía, renovamos nuestras promesas bautismales sobre la pila bautismal donde Juan Eudes fue hecho hijo de Dios.



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